Pero el gobernante encara una serie de factores poderosos, entre ellos el bloque que podrían integrar las vinculados a la corrupción y al tráfico ilícito de drogas.
El presidente Luis Abinader hablará al país este jueves, horas después que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) informara que había eliminado de sus estatutos el obstáculo que le impediría al mandatario repostularse en el 2024.
Probablemente, Abinader no aluda en su discurso el tema de la reelección, pero si que su discurso sea el inicio de una retórica que apuntaría hacia una ponderación más a fondo de sus planes gubernamentales.
El discurso también ocurrirá horas antes de la cumbre con los presidentes de Panamá y Costa Rica, que el gobernante bien podría referir como una iniciativa de impulsar el consenso con gobiernos moderados, en un momento en que Centroamérica gira hacia al autoritarismo y gobierno izquierdistas.
En el imaginario de la gente, también existe la certeza de que el tema de la corrupción podría ser uno de los puntos a ser abordados, en el contexto de que el Gobierno está comprometido con la misión de sanear la administración pública y dejar camino abierto para que se ponga fin a la impunidad.
La presunción no es descabellada, pues el presidente Abinader es objeto de críticas de sectores en el seno del PRM, que entienden que cancelar o remitir a la justicia un funcionario perremeísta constituye una forma de abandonarlo a su suerte, como si no se tratara de una acción sancionadora a irregularidades que bien podrían ser consideradas dolosas.
La lucha que libra el Ministerio Público c0ntra la corrupción, que toca a sectores considerados intocables, representa, al decir de sectores gubernamentales, la principal amenaza del gobierno del presidente Abinader.
Primero porque hay sectores políticos, de influencia en el Congreso Nacional, que bloquearían iniciativas oficiales hasta tanto sean mantenido en sus cargos las principales cabezas del Ministerio Público, entiéndase Miriam Germán, Yeny Berenice Reynoso y Wilson Camacho.
Desde el lado oficial se tiene claro que mientras pasen los meses y se avance hacia el 2024, los sectores afectados por la política contra el crimen que se despliega desde el Estado, entiéndase los implicado en actos de corrupción y en el tráfico ilícito de drogas, se activarán para tratar de desplazar por la vía electoral a Abinader y al PRM.
A estos se estarían sumando la amalgama de partidos llamado emergentes, con los que se repartió el pastel del poder durante los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y que no han visto igual propósito en el presente gobierno perremeísta de Luis Abinader.
De modo que aunque el de este jueves no sea un discurso que exprese tácitamente las implicaciones que tiene ante sí Abinader de no ceder en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, el gobernante en algún momento habrá de entender que son amenazas reales para su administración y sus planes reeleccionistas.
La decisión del PRM, de dejar camino libre a la repostulación de Abinader, desatará los “demonios”, en el futuro inmediato de quienes entienden que se deben de usar todos los recursos para atajar un posible segundo mandato de Abinader.
Incluso, dentro del mismo PRM, los sectores golpeados por las medidas adecentadoras del gobierno, podría aventurarse a confrontar a Abinader con algún pretendido candidato que le dispute el intento por una segunda repostulación.
Ante esos y otros factores, la reelección del presidente Luis Abinader solo estaría garantizada su logra que su gestión de gobierno tenga una valoración favorable indiscutida, aunque no sen unámime en la población, que no se doblegue ante quienes le presionarán para que frente la lucha anticorrupción, y si mantiene el apoyo de sectores de la sociedad no partidista para que alcance en segundo mandato.
No se sabe de qué hablará hoy Luis Abinader, pero los días dirán si lo que diga tendrá relación con el 2024.