Para detectar tantos planetas, el equipo utilizó datos de unos 20 años procedentes de varios telescopios terrestres y espaciales.
MADRID, 22 Dic. (EUROPA PRESS) –
El uso combinado de varios telescopios del Observatorio Europeo Austral (ESO) y otros organismos acaba de revelar al menos 70 nuevos planetas interestelares o "vagabundos" en nuestra galaxia.
Se trata del grupo más grande jamás descubierto, un paso importante hacia la comprensión de los orígenes y características de estos misteriosos nómadas galácticos.
Estos planetas son objetos cósmicos que tienen masas comparables a las de los planetas de nuestro Sistema Solar, pero que no orbitan una estrella, sino que 'deambulan' libremente, y no se conocían muchos hasta ahora.
"No sabíamos cuántos esperar y estamos emocionados por haber encontrado tantos", dice en un comunicado Núria Miret-Roig, astrónoma del Laboratorio de Astrofísica de Burdeos (Francia) y de la Universidad de Viena (Austria), y primera autora del nuevo estudio publicado en la revista 'Nature Astronomy'.
Los planetas 'vagabundos', que se encuentran lejos de cualquier estrella que los ilumine, son normalmente imposibles de visualizar. Sin embargo, Miret-Roig y su equipo aprovecharon el hecho de que, en los pocos millones de años posteriores a su formación, estos planetas aún están lo suficientemente calientes como para brillar, lo que los hace directamente detectables por las sensibles cámaras de los grandes telescopios.
Encontraron al menos 70 nuevos planetas interestelares con masas comparables a las de Júpiter en una región de formación estelar cercana a nuestro Sol, en las constelaciones de Escorpio superior y Ofiuco.
Para detectar tantos, el equipo utilizó datos de unos 20 años procedentes de varios telescopios terrestres y espaciales. "Medimos los movimientos diminutos, los colores y las luminosidades de decenas de millones de fuentes en una amplia zona del cielo –explica Miret-Roig–. Estas mediciones nos permitieron identificar con seguridad los objetos más débiles de esta región, los planetas interestelares".
El equipo utilizó observaciones del Very Large Telescope (VLT) de ESO, el Visible and Infrared Survey Telescope for Astronomy (VISTA), el VLT Survey Telescope (VST) y el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros situado en Chile, junto con otras instalaciones.
"La gran mayoría de nuestros datos proceden de los observatorios de ESO, que fueron absolutamente críticos para este estudio. Su amplio campo de visión y su sensibilidad única fueron las claves de nuestro éxito –explica Hervé Bouy, astrónomo del Laboratorio de Astrofísica de Burdeos (Francia), y líder del proyecto de la nueva investigación–. Utilizamos decenas de miles de imágenes de campo amplio de las instalaciones de ESO, correspondientes a cientos de horas de observaciones, y literalmente decenas de terabytes de datos".
El equipo también utilizó datos del satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea, lo que supone un gran éxito para la colaboración de los telescopios terrestres y espaciales en la exploración y comprensión de nuestro Universo.
El estudio sugiere que podría haber muchos más de estos escurridizos planetas sin estrellas que aún no hemos descubierto. "Podría haber varios miles de millones de estos planetas gigantes que flotan libremente en la Vía Láctea sin una estrella anfitriona", explica Bouy.
Al estudiar los planetas recién descubiertos, los astrónomos podrían encontrar pistas sobre cómo se forman estos misteriosos objetos. Algunos científicos creen que pueden formarse a partir del colapso de una nube de gas demasiado pequeña para dar lugar a la formación de una estrella, o que podrían haber sido expulsados de su sistema madre. Pero aún se desconoce qué mecanismo es más probable.
Los nuevos avances tecnológicos serán clave para desvelar el misterio de estos planetas nómadas. El equipo espera seguir estudiándolos con mayor detalle con el próximo Telescopio Extremadamente Grande (ELT) de ESO, que se está construyendo actualmente en el desierto chileno de Atacama y cuyas observaciones comenzarán a finales de esta década.
"Estos objetos son extremadamente tenues y poco se puede hacer para estudiarlos con las instalaciones actuales –dice Bouy–. El ELT será absolutamente crucial para reunir más información sobre la mayoría de los planetas que hemos encontrado".