Las vacunas contratadas por el gobierno y pagadas por adelantado no llegaban, lo que si llegó a tiempo y con toda su virulencia fue el COVID-19.
Creemos que el pueblo dominicano debería seguir un par de los consejos del Chavo del 8, tener mucha paciencia y tomar las cosas por el lado amable. Este gobierno ha dado muestras de sus improvisaciones hasta en lo improvisado. Pero, como en toda regla hay su excepción, existen algunas acciones que son aposta. No tienen nada de fortuito y fueron, “fríamente calculadas”.
Recordamos la foto en la toma de posesión del presidente Luís Abinader donde se ve al secretario de estado de los Estados Unidos de América, Mike Pompeo, en primera fila, mientras lejos en el fondo, colocaron al embajador de la República Popular China señor Zhang Run. Estas cuestiones diplomáticas tienen sus protocolos y siempre hay un subliminal mensaje.
Si el recado no estuvo muy claro, o no se entendió, días después el mandatario lo reitera con lujos de detalles diciéndole a los chinos con especificaciones muy puntuales, en cuales sectores de la economía dominicana ellos no podían invertir. ¡craso error!
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Las vacunas contratadas por el gobierno y pagadas por adelantado no llegaban, lo que si llegó a tiempo y con toda su virulencia fue el COVID-19. No hubo más remedio que decir, “donde digo digo, lo que digo es Diego” y tratar de recoger las palabras expresadas, cosa de por sí muy difícil.
Cuando de paciencia se trata, frente a los chinos, Job, el personaje bíblico, es un niño de tetas. El embajador Run, dicen las malas lenguas que, aconsejado por un exmandatario, a nosotros no nos consta, accedió a traer desde china las vacunas Sinovac con las cuáles el gobierno del PRM pudo paliar la situación, a tal punto que, como nos sobra el dinero, regalamos miles de ellas a pueblos amigos en nuestra área.
Ese traspié fue solo el principio. Hemos venido observando los cambios de funcionarios tan frecuentes como si fuera ropa interior. De hecho, hay un Ministerio que ya lleva tres incumbentes.
Se dijo que la canasta familiar, en cuanto a disponibilidad y precios, estaba garantizada y este gobierno hizo el milagro de convertir en vegetarianos a gran parte del pueblo dominicano, pues fueron muchos los que en estas navidades no comieron cerdos, ni pollo ni pavos.
El endeudamiento fue tema de campaña del presidente Luis Abinader, pero, los préstamos que ha tomado este gobierno en solo 16 meses no tienen parangón en la historia económica dominicana. Desdiciéndose en cuanto a los precios de la energía, vemos el anuncio del incremento de esta a partir del presente mes de enero.
Otra gran pifia del equipo económico del gobierno ha sido con el turismo. Empeñados en demostrar que este segmento de la economía dominicana está hoy mejor que en los niveles pre-COVID, flexibilizaron las estrictas recomendaciones de la OMS en cuanto a la entrada de extranjeros y no le exigen tarjetas de vacunas ni pruebas negativas a los turistas. Además, tienen libre circulación en cualquier lugar de nuestro país, sean recintos abiertos o cerrados, cosa vedada a los nacionales.
Ha sido una desagradable coincidencia que, con la llegada de un crucero al remodelado muelle de Puerto Plata, se hayan disparado los casos del desgraciado virus. Ya pasan de mil los contagiados en cada uno de los últimos días. Creemos que llegó la hora de sentarse a pensar con criterios serios los próximos pasos, pue al parecer, se está improvisando con la salud física y económica de este pueblo.
No podemos seguir jugando a los Boy Scouts, con uniforme y todo.