Son tantos los buenos deseos que individual y colectivamente nos deseamos unos a otros, que, si estos se materializaran, estaríamos viviendo en el paraíso celestial.
El nuevo año 2022 ha llegado, lo que fue aprovechado por millones de seres humanos en todo el mundo para manifestar a familiares, amigos y relacionados los mejores parabienes, con deseos de felicidad, paz, amor y prosperidad económica.
La celebración en la emblemática zona de Times Square, donde años atrás se daban cita cerca de un millón de personas entre residentes y turistas, las autoridades de la ciudad de Nueva York, ante el incremento del contagio de las variantes delvirus del Covid-19, solo permitieron la presencia de 15,000 personas con mascarillas, previaidentificación con foto y la tarjeta que certificaba su vacunación.
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Con los estruendos de los fuegos artificiales y la bulliciosa alegría que se iniciaron justo a las 12 de la noche, fue imposible ahogar la tradicional expresión de “Feliz Año Nuevo” de los allí presentes.
La incertidumbre sobre cómo podrían ser las próximas variantes del Covid, ante la presencia de las nuevas Delta y Ómicron, hizo que fueran masivas las peticiones al Dios Todopoderoso clamando por salud y protección contra todo tipo de enfermedades catastróficas o infectocontagiosas.
Son tantos los buenos deseos que individual y colectivamente nos deseamos unos a otros, que, si estos se materializaran, estaríamos viviendo en el paraíso celestial que nos han dibujado los “iluminados” líderes religiosos terrenales.
Esos grandes deseos de progreso y superación económica muchas veces son bloqueados, entorpecidos por el afán de lucro de una mínima proporción de quienes controlan el poder político y económico a nivel mundial, logrando que esos anhelos solo se hagan realidad para sí mismos, y no para las mayorías de los desposeídos.
Son los que, por el poder que les otorga el cúmulo de riquezas bien o mal habidas, se sienten con el derecho de manipular, de trazar la ruta de nuestros destinos, sin importar las consecuencias y sufrimientos que puedan causar a los más necesitados.
El 2022, independientemente de la alegría que nos impulsa a su celebración y regocijo, debemos recibirlo con cautela y precaución, por el incremento de contagios causados por las variantes Delta y Ómicron.
A dos años de la aparición del Covid, el mundo sigue su batalla contra este virus, responsable de la muerte de más de 5,4 millones de seres humanos, y más de 202 millones de infectados luchando por su vida.
Los reportes de la universidad norteamericana John Hopkins indican que más de nueve billones de personas han recibido por lo menos una dosis de protección contra el virus y sus variantes.
Aunque son varias las vacunas efectivas fabricadas por reconocidos laboratorios internacionales para evitar la muerte por contagio, la negatividad de muchos a inocularse, casi un 20% de la población mundial, da pie a que el virus del Covid y sus variantes seguirán matando a otros miles y quizás millones más de seres humanos.
En Manhattan, Nueva York, casi todos los centros de emergencia están siendo abarrotados por personas, muchas decididas a vacunarse por primera vez, o recibir otra dosis de refuerzo. Y es que uno de cada cinco, está dando positivo al Ómicron en esta ciudad.
Otros en cambio, acuden a estos centros para verificar si se han contagiado o no de uno de estos virus, tras padecer ligeros síntomas de gripe, que son propios de la época invernal.
Pude observar sorprendido que las largas filas de personas se extendían hasta 80 metros de longitud desde los centros asistenciales ubicados en las comunidades de Chelsea, West Villa, Gramercy Park y Soho, en el Downtown de Manhattan, así como en los condados de Queens, Brooklyn, Bronx y Staten Island.
Delta y Ómicron no serán las únicas variantes en aparecer. El Covid seguirá mutando en nuevos virus con posibles altas o bajas incidencias de muertes.
Para esta época del año, el virus de la influenza o gripe también hace gala de su contagio, causando malestares tan fuertes y peligrosos como los del Covid, aunque el uso de mascarillas ha logrado bajar el número de contagios por esta enfermedad viral.
Las vacunas por su parte han logrado reducir el número de muertes ante la presencia de las variantes del SARS-CoV-2.
Estas son las razones por las que hay que seguir en alerta y cautelosos al momento de compartir con grupos de familias y amigos, especialmente cuando esos encuentros se realicen bajo techo.
Aunque estemos vacunados con dos o hasta tres dosis de cualquiera de las vacunas existentes, podemos infectarnos del virus. Por ello, hay que mantener los protocolos de prevención establecidos para mayor protección.
La llegada del nuevo año es otra caja de sorpresa, y no sabemos lo que hay en su interior, por lo que aprovechamos la oportunidad que nos ha brindado este medio para desearles buena suerte, larga vida y bendiciones para todos.
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