MADRID, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -El nuevo Congreso de Honduras se ha puesto en marcha este viernes entre gritos, golpes y denuncias de traición a la mandataria electa, Xiomara Castro, después de que veinte diputados de su formación, el Partido Libertad y Refundación (Libre), hayan elegido como presidente provisional de la cámara a Jorge Cálix, rompiendo así con el pacto alcanzado con su socio, el Partido Salvador Honduras (PSH).
"Se consumó la traición", ha escrito Castro en su perfil de Twitter, después de que se conociera la elección de Cálix, lo que ha provocado una trifulca entre los propios diputados del partido Libre, que se han encaramado al estrado para impedir que se certificará la elección, llegando incluso a agredirle, informa 'La Prensa'.
"El pueblo hondureño ha sido testigo de cómo nuevamente el Partido Nacional y el lado oscuro del Partido Liberal pretenden quitarle la victoria y el mandato legítimo a Xiomara Castro", ha protestado el diputado de PSH Luis Redondo, quien había sido el elegido en los acuerdos para presidir del Congreso.
Ante esta "traición", el expresidente hondureño y líder de Libre, Manuel Zelaya, ha defendido que "procede" la "expulsión de quienes traicionaron" el nuevo proyecto y confía en que la elección pueda ser anulada el próximo día 23, cuando se tomará posesión de la nueva y definitiva directiva del Congreso.
Cálix ha contado con el apoyo de 85 diputados, veinte más de los necesarios. Además de los votos díscolos de Libre, todos los del Partido Nacional, 18 del Partido Liberal y los dos de las fuerzas minoritarias, el Partido Anticorrupción y Democracia Cristiana.
Un día antes, este grupo de diputados disconformes no asistieron a una reunión convocada por Castro para pedir el voto para Redondo, como parte de los acuerdos electorales alcanzados con el líder del PSH, Salvador Nasralla, quien será también el nuevo vicepresidente.
Xiomara Castro tomará posesión como nueva presidenta de Honduras, la primera mujer hacerlo, el próximo 27 de enero, y con ella regresa la izquierda al poder tras doce años de gobiernos conservadores, señalados además por complicidad con el narcotráfico, en un país con altos índices de pobreza, violencia y una corrupción que se ha instaurado a todos los niveles en las instituciones.