Los jóvenes de este tiempo deben mirar hacia la historia de nuestra nación para tomar el ejemplo de muchos jóvenes que en su época.
En este Día Nacional de la Juventud resulta necesario reflexionar sobre los jóvenes de este tiempo, sobre su realidad social, sobre sus expectativas, sus anhelos, sobre el papel que deben jugar como entes de transformación y sobre quiénes deben ser sus modelos de liderazgo.
La juventud de hoy en día camina por senderos muy difusos y contradictorios. Muchos de los modelos a seguir que les presenta la sociedad moderna, no encajan del todo con lo que ha sido el historial de lucha, sacrificios y transformación propios del papel que ha jugado ese sector en el devenir histórico dominicano. Las redes sociales, que dominan las mentes y el accionar de los jóvenes de este tiempo, han cambiado las reglas del liderazgo efectivo, entregado, servicial y modélico, para llenar el pensamiento de los jóvenes con un deseo irrefrenable de tener muchos likes y seguir a supuestos líderes que influyen por sus malas acciones, faltas de respeto social, perversidades y obscenidades sexuales.
Los jóvenes de este tiempo deben mirar hacia la historia de nuestra nación para tomar el ejemplo de muchos jóvenes que en su época, y teniendo en cuenta sus circunstancias, lograron ser agentes importantes de transformación y de progreso. Los jóvenes de hoy deben entender que son el germen principal para construir el futuro de la nación dominicana, y que para eso deben caminar por senderos correctos tomando como referencia a hombres y mujeres que han entregado sus vidas para transformar su presente y sembrar valores para un mejor futuro.
La historia dominicana muestra como en cada momento los jóvenes han sido elemento esencial para los cambios y el progreso. Juan Pablo Duarte, el fundador de la nacionalidad, tenía tan solo 25 años de edad cuando fundó la sociedad secreta La Trinitaria, y tan sólo 31 años cuando concretó el proyecto de independencia. Gregorio Luperon tenía 24 años cuando en 1963 inició, junto a un grupo de patriotas, el proceso de restauración de la patria que había sido anexada a España por el traidor Pedro Santana. El Héroe Nacional Gregorio Urbano Gilbert, tenía solo 17 años cuando enfrentó, solo y con una gallardía sin límites, las tropas estadounidenses que mancillaron el suelo patrio en 1916.
Y todavía hay muchos más ejemplos. El teniente Amado García Guerrero tenía solo 30 años cuando fue parte esencial del ajusticiamiento del dictador Trujillo. Minerva Mirabal solo contaba con 32 años cuando fue parte de la fundación del Movimiento 14 de junio, creado para enfrentar y derrocar al tirano Trujillo. Su esposo, el gran líder revolucionario Manolo Tavarez Justo, tenía 28 años cuando fundó aquel movimiento, y 32 años cuando dirigió el alzamiento guerrillero de 1963, el cual le costó la vida. El coronel Francisco Alberto Caamaño tenía solo 32 años cuando digirió la Revolución de abril de 1965 y se convirtió en Héroe Nacional y presidente de la República. El revolucionario Amaury Germán Aristy, era un muchacho de solo 24 años cuando fue acribillado el 12 de enero de 1972, por su lucha y compromiso con la transformación de la sociedad. Finalmente, y para ver otro aspecto, Juan Luis Guerra tenía solo 32 años cuando lanzó al mundo su disco “Bachata Rosa” que revolucionó la musica y lo convirtió en el artista dominicana de mayor proyección e importancia en el mundo.
Esos son modelos que la juventud de hoy debe tomar en consideración. Y no le pedimos que dejen disfrutar o entretenerse con las redes sociales o con las acciones de muchos de los llamados líderes jóvenes de esta época. Lo que no pueden es tenerlos como el modelo para actuar y avanzar en la vida y aportar su grano de arena para transformar esta sociedad. Los jóvenes de hoy día deben beber en las fuentes de los héroes y patriotas que han entregado todo para legarnos una patria libre, soberana, justa y cristiana.
Los jóvenes de hoy deben llenar sus alforjas del ejemplo que nos ha legado Jesús, quien es, sin lugar a dudas, el mayor líder de toda la historia y el referente para toda actuación. Lo jóvenes de hoy deben caminar en la ruta de Jesús. Seguir su ejemplo. Deben amar a Dios y a su prójimo como a sí mismo, deben practicar el perdón por sobre todo, deben ayudar y servir a los demás sin esperar nada a cambio y deben practicar la humildad en todas las áreas de su vida. Con el ejemplo de nuestros héroes y el modelo de Jesús en sus acciones, la juventud dominicana podrá cumplir con eficacia su papel de agente transformador en este momento histórico.
Euri Cabral
Economista y Comunicador