En las industrias culturales y creativas se perdieron 10 millones de puestos de trabajo en 2020 y los ingresos de disminuyeron entre 20 y 40 %
PARÍS – La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), ha considerado “urgente” diseñar sistemas de remuneración más justos para los artistas por los contenidos consumidos en las plataformas en línea.
La pandemia covid-19 “ha provocado una crisis sin precedentes en el sector cultural. En todo el mundo los museos, cines, teatros y salas de conciertos, que son lugares de creación y de intercambio, han cerrado sus puertas”, lamentó Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.
“En 2020, los ingresos obtenidos por los creadores disminuyeron en más de 10 %, lo que equivale a más de 1000 millones de euros (1143 millones de dólares). La situación de muchos artistas ha pasado de ser precaria a insostenible, poniendo en peligro la diversidad de la creación”, agregó.
En su nuevo informe, “Repensar las Políticas para la Creatividad”, la Unesco reconoce que los actuales ingresos digitales no compensan la caída provocada por la falta de eventos en vivo, y se plantea diseñar sistemas de remuneración más justos.
El estudio calcula que solo en 2020 se perdieron 10 millones de puestos de trabajo en las industrias creativas a causa de la pandemia.
En los países de los que se dispone datos, los ingresos de las industrias culturales y creativas disminuyeron entre 20 y 40 %.
La cultura y la creatividad constituyen 3,1 % del producto interno bruto (PIB) mundial, y generan 6,2 % del total del empleo.
Con respecto a 2005, el valor de las exportaciones de bienes y servicios culturales se duplicó hasta alcanzar 389 100 millones de dólares en 2019.
Pero campea la desigualdad, porque los países desarrollados lideran el comercio de bienes y servicios culturales, con 95 % del total de las exportaciones del sector
También gasto público mundial en la cultura ya se había reducido en los años anteriores a la pandemia, y la covid “magnificó las ya precarias condiciones de trabajo de muchos artistas y profesionales de la cultura en todo el mundo”, pues sus profesiones son en general inestables y poco reguladas.
Junto con ser uno de los sectores económicos más nuevos y de más rápido crecimiento en el mundo, hay obstáculos, tanto nuevos como persistentes, que hacen que la economía creativa sea también uno de los sectores más vulnerables y suela verse ignorado en las inversiones públicas y privadas.
Solo 13 % de las evaluaciones nacionales voluntarias del progreso hacia la Agenda 2030, adoptada por las Naciones Unidas con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), reconocen la contribución de la cultura a ese desarrollo posible.
Las disparidades entre las naciones desarrolladas y los países en desarrollo son considerables. El gasto público en las áreas de servicios culturales, de radio y televisión, y editoriales, es de 0,75 % del PIB en los países desarrollados y de 0,35 % en las naciones en vías de desarrollo.
Y aunque la cultura y el entretenimiento cuentan con una gran proporción de empleo femenino (48,1 %), la igualdad de género parece lejana también en ese campo.
Azoulay dijo que “hoy debemos dar a la cultura el lugar que le corresponde en los planes de recuperación para superar la crisis. Pero también necesitamos políticas a largo plazo para responder a los retos estructurales que la crisis ha puesto de manifiesto”.
El informe propone replantear la cultura como un bien público global y, al “repensar las políticas”, plantea a los gobiernos que garanticen la protección económica y social de los artistas y profesionales de la cultura.
A modo de ejemplo, el estudio propone la posibilidad de establecer un salario mínimo para los artistas y creadores empleados, y mejores planes de pensiones y subsidios para los trabajadores autónomos en el sector.
Publicado originalmente en Ipsnoticias.net