La cuestión medular es que la gente no recibe la respuesta concreta ante tantas interrogantes que rodean su espacio social.
La conceptualización llevada a la práctica para definir una nación como desarrollada apelando a los adjetivos de primer mundo, superpotencia o potencia nuclear ¿qué le ha representado a la actual civilización?
O lo mismo, cuando nos referimos a Desarrollo, Desarrollo Sustentable, Desarrollo Local, Desarrollo Humano y Planeación del Desarrollo.
Esas expresiones no les significan nada a millones de personas que alrededor del mundo languidecen con menos de un dólar en los bolsillos y otros, sin nada, sin luz en sus apagadas y desoladas vidas.
La cuestión medular es que la gente no recibe la respuesta concreta ante tantas interrogantes que rodean su espacio social.
La mole de cemento del túnel en cualquier sociedad tiene más importancia que la propia vida de un ciudadano o ciudadana tercermundista, que diariamente se moviliza de un lugar a otro esperando un aliento en medio de las tinieblas.
¿Por qué nacimos y moriremos pobres?, ¿Por qué las potencias mundiales gastan tantos recursos en armas de destrucción masivas?, ¿Por qué no auspician una agenda de desarrollo global?, ¿Por qué no se preocupan por invertir en salud, educación y vivienda a nivel mundial?, ¿Por qué no invierten en la protección del medio ambiente y recursos naturales?, ¿Por qué no patrocinan programas de estudios e investigaciones para lograr la cura del cáncer, diabetes y el VIH? y ¿Por qué no implementar masivas producciones de alimentos en el planeta?
La humanidad demanda de una reestructuración y redefinición de los viejos modelos de desarrollo aplicados hasta el momento, que permita la inclusión social, crecimiento, participación y democratización de los recursos estatales.
Ese túnel, como simbología, es precisamente el lugar donde son mimada, cuidada y protegida las armas mortíferas capaz de pulverizar el planeta en cuestión de segundos.
Esas piezas del mal y de la intriga les cuestan todos los millones del mundo a esta civilización y en parte son responsables de la expansión de la pobreza.
Objetivos del Milenio
Imaginémonos lo que sería vivir en un mundo libre de armas donde las artes, la convivencia, los deportes, la innovación tecnológica, las oportunidades de estudios y fuentes de trabajo para los jóvenes y el derecho a la salud estuvieran garantizados.
En ese contexto, habría que preguntarse ¿cuántas naciones podrán cumplir con los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio para el 2030?
La erradicación de la pobreza y el hambre fue la principal aspiración de la comunidad internacional cuando acordó suscribir en septiembre de 2000 un histórico compromiso para tales fines.
Dirigentes del mundo se reunieron en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, para aprobar la Declaración del Milenio que firmaron Jefes de Estado, Presidentes y Representantes de Gobiernos de 189 países.
Los restantes compromisos asumidos por los Estados Miembros de las Naciones Unidas son, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir VIH/SIDA, paludismo y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Las Armas: ¿Qué nos aportan?
En la práctica, pasan a convertirse en basuras para seguir contaminando y destruyendo la humanidad, medio ambiente, convivencia pacífica y la armonización social.
A ello, agregamos, la basura espacial que flota alrededor de la tierra que ya genera inquietudes en la comunidad científica.
En contraposición, la Organización Mundial de la Salud (OMS) formuló un llamamiento a los países desarrollados para que aporten 23.000 millones de dólares a la lucha global contra la covid-19, una financiación con la que confía en “poner fin a la emergencia global por la pandemia en 2022″.
Como la pandemia ha trastocado y cambiado todo, inclusive los movimientos más íntimos de la sociabilidad, ahora cabe preguntarse, ¿aportarán las potencias mundiales ese dinero demandado por la OMS?
Recuérdese su triste e inhumana postura asumida con la distribución de las vacunas, que incluyó hasta el bloqueo del suministro y ventas de las dosis a naciones pobres.
¿Por qué no trabajan las potencias mundiales en la estabilización de los precios de los alimentos a nivel internacional y del intercambio comercial?, evitándose de ese modo la hambruna que estrangula a millares de personas en el planeta.
En vez de artillerías de misiles, deberían aplicarse programas concretos de reactivación de los aparatos productivos y de incentivos a las industrias de las naciones subdesarrolladas que permitan generar riquezas, empleos y nuevas oportunidades de progreso.
La gran contrariedad del extraordinario avance alcanzado por la especie humana en este siglo 21, es que todavía haya tantos bolsones de pobreza en zonas rurales y urbanas.
Fracaso del Neoliberalismo
Si hoy tenemos mayor pobreza en el mundo que 50 años atrás, habría que admitir que el neoliberalismo como sistema de aplicación de políticas económicas y sociales en occidente ha fracasado.
Los gobiernos democráticos luchan tenazmente para cumplir con los intereses de una deuda externa que se hace impagable, con altos intereses que estrangulan las arcas estatales particularmente en aquellos países no productores de petróleo.
¿Porqué no se aplica un saldo definitivo de esa deuda que en muchos casos fue producto de la época de la guerra fría, en la que nuestros países se vieron compelidos a adquirir armas mayormente en los mercados estadounidenses?
Demasiados sufrimientos han padecido los seres humanos en esta época de la modernidad y de la globalización en su tenaz lucha por la supervivencia. Ejemplo elocuente son las masivas inmigraciones y desplazamientos alrededor del mundo en busca del pan nuestro de cada día.
Artículo de Manuel Díaz Aponte