Aspiraba a acercar a Ucrania a la UE y la OTAN y ahora se enfrenta a un recrudecimiento del conflicto
MADRID, 22 Feb. (EUROPA PRESS) –
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, llegó al cargo en 2019, cumbre de una fulgurante carrera política que le hizo pasar de ser un cómico de éxito al jefe de Estado en tiempo récord. Entonces, prometía un acercamiento a Occidente y sellar la paz en las regiones del este, pero ahora ve alejarse ambos horizontes al mismo ritmo que Rusia eleva sus desafíos militares.
Sin un programa político claro, Zelenski irrumpió en un escenario ávido de nuevas caras que quisiesen romper con todo lo anterior, con las imágenes de la plaza Maidán de Kiev aún recientes en la memoria colectiva. De hecho, prometió una regeneración de la vida política y pública –la corrupción ha sido uno de los grandes lastres de la historia reciente de Ucrania– y no dudó en venderse como todo lo contrario a un político al uso.
Su mensaje caló y en la primera vuelta se impuso claramente a Petro Poroshenko, que aspiraba a la reelección como presidente. Zelenski superó el 30 por ciento de los votos, casi el doble que su rival más directo, y en la segunda ronda el nivel de apoyo ascendió por encima del 73 por ciento.
Prometió también que antes de que terminase su mandato, Ucrania estaría en condiciones de adherirse tanto a la UE como a la OTAN. En el caso de la UE, apenas ha habido avances y la relación sigue basándose en el Acuerdo de Asociación que entró en vigor en 2017, mientras que tampoco ha terminado de fraguarse la entrada en la Alianza Atlántica.
Zelenski ha reclamado en varias ocasiones plazos concretos e incluso en diciembre se mostró optimista a este respecto: "Queremos desbloquear el proceso de paz en Donbás cuanto antes, recuperar Crimea, lograr la adhesión a la UE en los próximos años y conseguir una perspectiva muy clara de la OTAN, un calendario muy concreto". "Y queremos conseguirlo en 2022″, apostilló.
Sin embargo, 2022 ha traído consigo el despliegue de más de 100.000 militares rusos cerca de las fronteras ucranianas y mensajes continuos de Moscú a los gobiernos occidentales para que aparcasen sus acercamientos a Kiev. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha exigido a la OTAN que renunciase a incorporar a Ucrania.
Tanto la Alianza como Kiev se han negado a enterrar esta posibilidad, a pesar de que todas las partes asumen ya que es inviable en el corto plazo, pero Moscú ha ido elevando sus desafíos hasta el punto de reconocer este lunes la independencia de las regiones separatistas del Donbás, esas que Zelenski prometió recuperar para Ucrania tras llegar al poder.
Zelenski, de 44 años, ha pasado de lanzar promesas de 'occidentalización' a tener que comparecer ante la nación para condenar una nueva "violación de la soberanía y la integridad territorial" por parte de Rusia. No en vano, este país ya se había anexionado en 2014 la península de Crimea.
ACUERDOS DE MINSK
El mandatario ucraniano considera que el movimiento de Putin implica para el lado ruso la ruptura de los Acuerdos de Minsk, que había firmado en 2015 su predecesor en el cargo, Poroshenko, y que estaban llamados a ser la hoja de ruta para terminar con el conflicto.
Tanto Moscú como los rebeldes del Donbás han acusado a Zelenski de demorar la aplicación de los compromisos contemplados en dichos acuerdos, entre los que figuraba la celebración de elecciones locales y la negociación de un nuevo estatus para las regiones de Donetsk y Lugansk, epicentro de las hostilidades.
Ahora, esta persona que aspiraba a "construir una Ucrania fuerte, poderosa y libre, que no sea ni la hermana pequeña de Rusia ni una socia corrupta de Europa" depende en gran medida del apoyo que le brinden los socios occidentales que ha cultivado en estos últimos años, sea en términos económicos, políticos o armamentísticos.
En las últimas horas, Zelenski ha acelerado sus contactos con líderes como el estadounidense Joe Biden, el francés Emmanuel Macron, el alemán Olaf Scholz, el británico Boris Johnson o el turco Recep Tayyip Erdogan. También ha hablado con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en pleno debate sobre la respuesta que el último desafío de Putin recibirá en forma de sanciones.
En diciembre, un sondeo situaba tanto a Zelenski como a su partido, Servidor del Pueblo, como favoritos en intención de voto, con un 23,5 y un 18 por ciento de apoyo, respectivamente, según la agencia de noticias ucraniana Ukrinform. Sin embargo, el fantasma del conflicto también ha ensombrecido la imagen del mandatario.
Una serie de sondeos recogidos este mes por el periódico 'Kyiv Post' sitúan al partido de Zelenski por primera vez en segundo lugar, pese a que en julio de 2019 se hizo con solvencia con la mayoría de los escaños del Parlamento. Y la popularidad del presidente también cotiza a la baja, rondando el 11 por ciento.