El poder de veto de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, lo llevan a incumplir las obligaciones que le asigna la Carta de las Naciones Unidas, lo que podría terminar por hacer intervenir a la Corte Internacional de Justicia.
NACIONES UNIDAS – La cada vez más beligerante crisis en Ucrania, que ha dado un giro de 180 grados con la declaración de dos nuevas repúblicas – la de Donetsk y la Luhansk- y su reconocimiento por parte de Rusia puede demostrar una vez más la ineficacia del Consejo de Seguridad de la ONU y sus 15 miembros.
El órgano político más poderoso de la ONU, cuyo mandato principal es el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, ha permanecido paralizado por la amenaza de un doble veto de Rusia y de su nuevo aliado, China, contra cualquier posible sanción o resolución que condene a Rusia por el ataque a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania y la consiguiente violación de la Carta de la ONU.
El secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), António Guterres, que interrumpió abruptamente un viaje al extranjero y retornó a sus oficinas en Nueva York ante la nueva fase de la crisis, declaró: “Permítanme ser claro: la decisión de la Federación Rusa de reconocer la supuesta independencia de ciertas zonas de las regiones de Donetsk y Luhansk es una violación de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”.
“Nuestro mundo se enfrenta a la mayor crisis global de paz y seguridad de los últimos años, ciertamente en mi mandato como secretario general. Los principios de la Carta de la ONU no son un menú a la carta. No pueden aplicarse de forma selectiva”, puntualizó.
Guterres remarcó que los 193 Estados miembros de la ONU “los han aceptado todos y deben aplicarlos todos”.
“También me preocupa la perversión del concepto de mantenimiento de la paz”, dijo, al criticar el argumento de Moscú de que cualquier movimiento de tropas en Ucrania y sus alrededores tenía como objetivo “el mantenimiento de la paz”.
Andreas Bummel, director ejecutivo de Democracia Sin Fronteras, dijo a IPS que la invasión rusa de Donetsk y Luhansk es una flagrante agresión militar y una clara violación de la Carta de la ONU.
El presidente Putin, señaló, ha puesto en duda la existencia de Ucrania como Estado independiente. “Las acciones de Rusia representan, obviamente, una violación de la paz y la seguridad internacionales que debe dar lugar a sanciones internacionales”, afirmó.
No es aceptable, argumentó, que Rusia pueda utilizar su derecho de veto en el Consejo de Seguridad para impedir una respuesta efectiva de la ONU o incluso una condena. “Como Rusia solo actúa en su propio interés, el uso del veto en este caso es un abuso de este privilegio”, consideró.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya debería examinar si este uso indebido puede conciliarse con la Carta de la ONU, dijo Bummel.
“Además, dada la impotencia del Consejo de Seguridad en esta situación, la Asamblea General de la ONU debe asumir su competencia subsidiaria como máximo órgano de la ONU”, argumentó.
En virtud del principio de «Unidos por la Paz», señaló, debe celebrarse una reunión de emergencia de la Asamblea General que anule el veto ruso en el Consejo de Seguridad y que ordene sanciones u otras medidas que considere necesarias.
Desde la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó al presidente Putin por su agresión contra Ucrania, afirmando que la acción rusa “es una flagrante violación del derecho internacional y exige una respuesta firme de la comunidad internacional”.
Washington impuso una serie de nuevas sanciones, ante el reconocimiento ruso de las repúblicas rebeldes de Ucrania, dirigidas especialmente contra las oligarquías rusas, sus familias y los bancos rusos.
“En nombre del Señor, ¿quién se cree Putin que le da derecho a declarar nuevos supuestos países en territorios que pertenecían a sus vecinos?”, preguntó Biden.
Putin, en un discurso a la nación, afirmó que toda Ucrania fue “creada por Rusia” y describió al gobierno prooccidental del país como una amenaza para Rusia.
James Paul, ex director ejecutivo del Global Policy Forum, con sede en Nueva York, y autor del libro Of Foxes and Chickens Oligarchy and Global Power in the UN Security Council (De zorros y gallinas, la oligarquía y el poder global en el Consejo de Seguridad de la ONU) dijo a IPS que el poder de veto tiende ciertamente a congelar la acción del Consejo de Seguridad cuando los intereses centrales de sus cinco miembros permanentes están en conflicto.
“Este ha sido siempre un profundo problema del Consejo y le ha impedido ser eficaz, no solo cuando se vetan, sino también cuando acechan y sabotean la acción”, sentenció.
En el caso de Ucrania, argumentó, el problema no está solo en el momento actual de alto peligro, sino en toda la larga acumulación de acciones que se ha centrado en la arquitectura de seguridad possoviética en Europa y en la expansión hacia el este de la OTAN.
En teoría, señaló, esto podría haber sido gestionado por el Consejo y construido un sistema de seguridad para Europa que hubiera incluido a Rusia. En lugar de ello, “vimos toda una serie de movimientos por parte de Estados Unidos que los rusos consideraron, no sin razón, como una amenaza”, adujo.
Las actividades en el Consejo y el uso del veto han exacerbado la hostilidad entre Estados Unidos y Rusia en lugar de aliviarla, dijo Paul, una figura prominente dentro de la comunidad de oenegés que actúan en la ONU y un conocido orador y escritor sobre el organismo y la política global.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad sigue siendo políticamente impotente porque el poder de veto de los cinco grandes, es decir, Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, China y Francia (P5), siempre ha sido un gran obstáculo para resolver algunos de los conflictos militares y guerras civiles que se han ido produciendo en el mundo, ya sea en Afganistán, Iraq, Siria, Libia o Yemen.
Sobre la parálisis y el posible veto de Rusia, la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, dijo: “Conseguimos que las cosas se hagan comprometiéndonos cada día con otros países, porque a veces el poder de veto no es tan poderoso como podría pensarse cuando otros países se unen para expresar sus preocupaciones”.
Mandeep S. Tiwana, director de programas de CIVICUS, una alianza mundial de cientos de organizaciones de la sociedad civil en más de 175 países, dijo a IPS que el poder de veto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad ha sido un gran impedimento para salvar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra, como se prometió en la Carta de la ONU.
La invocación selectiva de la indignación por parte de los P5 sobre la agresión militar, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad es un gran impedimento para lograr la paz en nuestros tiempos, afirmó. Los grupos de la sociedad civil, añadió, han presionado mucho durante muchos años para conseguir que los P5 renuncien voluntariamente a sus poderes de veto arbitrarios, sin éxito.
“Irónicamente, los P5, que se supone que deben mantener la paz y la seguridad internacionales, siguen siendo los principales productores y vendedores de armas de guerra que alimentan los grandes conflictos”, declaró Tiwana.
Paul añadió que el Consejo ha sido “un ring de boxeo, un escenario para representar batallas y escenificar argumentos para ganarse a la opinión pública y a los medios de comunicación”.
Estados Unidos ha podido contar con el Reino Unido y Francia gran parte del tiempo y azotar a muchos miembros rotatorios del Consejo como parte de este drama.
“Así pues, lo que vemos hoy es un Consejo que (como tantas veces en el pasado) es marginado mientras otras iniciativas, como el esfuerzo franco-alemán, tienen lugar más allá de la ONU. Vemos a Alemania actuando con más fuerza que en el pasado, como el Estado europeo más poderoso. Los europeos no pueden utilizar el Consejo, así que están utilizando otros medios”, analizó.
A juicio de Paul, “el veto es y siempre ha sido la enfermedad política del Consejo”.
En los 76 años de historia de la ONU, se calcula que Estados Unidos ha ejercido 82 veces su poder de veto, la extinta Unión Soviética 91, y su sucesora, la Federación Rusa, 28.
Thomas-Greenfield, destacó ante los demás representantes durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad sobre Ucrania, que el presidente Putin afirmó que Rusia tiene ahora el derecho a reclamar todos los territorios del Imperio ruso; el mismo Imperio ruso de antes de la Unión Soviética, de hace más de 100 años.
“Eso incluye toda Ucrania. Incluye a Finlandia. Incluye Bielorrusia y Georgia y Moldavia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Lituania, Letonia y Estonia. Incluye partes de Polonia y Turquía”, remarcó.
En esencia, aseguró la embajadora estadounidense, “Putin quiere que el mundo viaje al pasado. A una época anterior a las Naciones Unidas. A una época en la que los imperios gobernaban el mundo. Pero el resto del mundo ha avanzado. No estamos en 1919. Estamos en 2022”.
“Las Naciones Unidas se fundaron sobre el principio de descolonización, no de recolonización. Y creemos que la gran mayoría de los Estados miembros de la ONU y el Consejo de Seguridad de la ONU están comprometidos a avanzar, no a retroceder en el tiempo”, subrayó.
Para la representante de Biden ante la ONU, “todos debemos apoyar a Ucrania ante este intento descarado de usurpar su territorio soberano. En esta crisis no puede haber indecisos”.
Publicado originalmente en Ipsnoticias.net