“Exigimos la paz para nuestros países. ¡Hagamos ciencia, no la guerra!”. Así concluye la carta abierta antibélica impulsada por el científico ruso Mikhail Gelfand a la que se han sumado cientos de firmas.
Mikhail Gelfand, especialista en bioinformática del Instituto de Ciencia y Tecnología Skolkovo, ubicado cerca de Moscú (Rusia), tomó este jueves la determinación de escribir una carta abierta ante el ataque bélico de su país a Ucrania. El texto se puede leer en el portal TrV-Nauka, una web de noticias científicas independiente que él ayuda a editar.
Según informa la revista Science, el científico —cuya mujer tiene orígenes ucranianos— canceló su conferencia habitual sobre genómica comparativa para hablar con su alumnado a través de Zoom de la situación. Tras esto, algunos estudiantes se unieron a las manifestaciones en protesta. Mientras, Gelfand subía a la web una carta contra la guerra con Ucrania que califica como “un paso a ninguna parte”. Al texto ya se han adherido cientos de científicos, muchos de ellos pertenecientes a la Academia de Ciencias de Rusia, así como periodistas científicos rusos.
“Nosotros, científicos y periodistas científicos rusos, declaramos una enérgica protesta contra las hostilidades lanzadas por las fuerzas armadas de nuestro país en el territorio de Ucrania. Este paso fatal provoca enormes pérdidas humanas y socava los fundamentos del sistema establecido de seguridad internacional. La responsabilidad de desencadenar una nueva guerra en Europa recae enteramente en Rusia”, advierte la carta.
“Nosotros, científicos y periodistas científicos rusos, declaramos una enérgica protesta contra las hostilidades lanzadas por las fuerzas armadas de nuestro país en el territorio de Ucrania”
En una entrevista concedida a Science, el bioinformático indica que con la carta pretende tres cosas: “En primer lugar, demostrar que la comunidad científica rusa no es lo mismo que los dirigentes rusos. Segundo, manifestar a nuestros colegas ucranianos que nos oponemos a lo que hace nuestro gobierno y que hacemos lo que podemos para detenerlo. Y tercero, exponer lo mismo a la comunidad internacional con la esperanza de que cualquier acción para castigar a Rusia sea ponderada de tal manera que no se castigue a la misma gente que se opone a lo que se está haciendo”.
En este sentido, el científico manifiesta sus miedos a que el bloqueo a su país suponga aún más dificultades para su trabajo y el de sus compañeros. “Es difícil comprar equipos. Conozco a colegas que no han podido conseguir máquinas de secuenciación porque se consideran de doble uso [para fines pacíficos y militares]. Mis compañeros de facultad que son biólogos experimentales se verán tremendamente afectados. También me preocupan las decisiones sobre visados. Las acciones que se dirigen a individuos o proyectos individuales deben considerarse caso por caso”, enfatiza.
“Conozco a colegas que no han podido conseguir máquinas de secuenciación porque se consideran de doble uso [para fines pacíficos y militares]”. Mikhail Gelfand
Por su parte, la comunidad científica internacional también ha reaccionado ante esta situación. Un ejemplo son las sociedades de matemáticas del Reino Unido, Canadá, Francia, Polonia y Estados Unidos, que ya han anunciado que no participarán en el Congreso Internacional de Matemáticos que está previsto que se celebre en San Petersburgo (Rusia) en julio.
Fuente: SINC