MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) –
El ancestro piscícola de casi todos los vertebrados modernos, hace 472 millones de años, tenía la capacidad de coordinar extremidades de forma desigual, que permite a los mamíferos saltar o galopar.
Los científicos pensaban que los mamíferos eran los únicos animales que podían coordinar sus extremidades de esta forma desigual hasta que descubrieron que los cocodrilos también galopan.
Publicado en Journal of Experimental Biology, los investigadores Eric McElroy y Michael Granatosky han construido un árbol genealógico único para determinar cuándo evolucionó la capacidad de coordinar "asimétricamente" las extremidades.
Eric McElroy, del College of Charleston, en Estados Unidos, explica que el galope es sólo una forma de movimiento de una selección de maniobras conocidas como "andares asimétricos" -en las que el momento de la caída de los pies está desigualmente repartido-, entre las que se incluyen los saltos que realizan los conejos, las muletas -cuando los peces anfibios se arrastran con sus aletas por la tierra- y el bateo, cuando los peces se empujan por el lecho del mar o del río con sus aletas pélvicas.
Los científicos habían sugerido que la capacidad de saltar y galopar sólo surgió después de que los mamíferos aparecieran en el planeta hace 210 millones de años. Sin embargo, resulta que los cocodrilos también pueden galopar a sus mayores velocidades y las tortugas se atan; lo que hizo que McElroy y Michael Granatosky, del Instituto Tecnológico de Nueva York, se preguntaran si los animales podrían haber evolucionado la capacidad de coordinar sus extremidades de forma independiente mucho antes de lo que se pensaba.
Para averiguarlo, el dúo recorrió la literatura científica y construyó un árbol genealógico a medida, que incluía a los mamíferos, marsupiales, monotremas, reptiles, ranas, sapos y peces de los que actualmente se sabe que utilizan "caídas de pie" asimétricas al impulsarse por superficies con sus pies y aletas.
"En total, recopilamos datos de 308 especies –explica McElroy en un comunicado– y asignamos una puntuación de 0 a las especies que sólo utilizaban paseos, trotes y carreras uniformes, y una puntuación de 1 a las especies que mostraban cualquier signo de movimiento asimétrico mediante saltos, muletas, golpes o galope". A continuación, el dúo realizó una serie de simulaciones para averiguar la probabilidad de que los andares asimétricos aparecieran antes o después en el árbol evolutivo.
"Nos llevó meses resolver todos los problemas del análisis –añade–, y descubrimos que lo más probable es que los primeros ancestros de casi todos los animales modernos, incluidos los peces, fueran capaces de moverse con algún tipo de marcha protoasimétrica hace 472 millones de años".
Según admite, "no se sabe si se desplazaban por el lecho marino a golpe de pedal, con muletas o saltando, pero los animales eran capaces de coordinar asimétricamente sus extremidades para impulsarse". Y el dúo se sorprendió al descubrir que, aunque nuestro primer antecedente pudiera ser capaz de esta forma alternativa de propulsión, algunas criaturas -como los lagartos, las salamandras, las ranas e incluso los elefantes- han perdido la capacidad de atar y galopar, aunque tengan ancestros en su árbol genealógico que eran capaces de coordinar movimientos asimétricos.
Así pues, la capacidad de saltar y galopar no es exclusiva de los mamíferos. Casi todos los animales que viven hoy en día tienen antepasados que eran capaces de moverse asimétricamente, aunque algunos perdieron la capacidad en algún momento, ya sea porque perdieron los nervios necesarios para coordinar estas maniobras o porque se volvieron demasiado grandes o demasiado lentos para volverse aéreos.
En cualquier caso, los mamíferos no son el único grupo con la capacidad de coordinar movimientos asimétricos y es posible que hayamos heredado la capacidad de algún antiguo ancestro piscícola que se propulsaba por el fondo del mar con sus aletas mucho antes de que cualquier especie pusiera pie o aleta en tierra firme.