Ucrania es uno de los más importantes productores agrícolas a nivel internacional, y en renglones como los cereales, cebadas y frijoles de soya ocupa un sitial preponderante.
Gobernar en medio de una crisis y panorama mundial tan complejo como el que vivimos actualmente se hace difícil, y ello conduce a que las autoridades se aboquen a buscar alternativas para afrontarla.
El presidente Luis Abinader comunicó diez medidas que aplicará el Gobierno para encarar la crisis generada en los precios internacionales de los combustibles y los alimentos, que incluye, subsidiar hasta 10% de las importaciones de maíz, trigo, soya, harina y grasa vegetal durante seis meses.
Asimismo, subsidio a los precios internos de los carburantes, apoyo al sector transporte y tasa cero para la importación de productos de la canasta básica. Igualmente, en los próximos cuatro meses, los precios de los combustibles no variarán, siempre y cuando el barril se mantenga con precios entre los 85 y los 115 dólares.
Salimos de la pandemia para adentrarnos ahora a otra situación dramática para la humanidad, por la guerra entre Rusia y Ucrania, conflicto armado que ya está impactando la economía mundial y con mayor fuerza a aquellos países que, como República Dominicana, no producen petróleo.
El precio del crudo del petróleo en Estados Unidos subió hasta 125 dólares el barril durante el pasado domingo, lo que evidentemente, representa otro duro golpe a la economía local.
La cruda realidad de esta conflagración es que provoca aumentos en los precios de los alimentos derivados de las soyas, cebadas y trigo, que representan la base alimenticia de millones de personas alrededor del mundo.
Ucrania es uno de los más importantes productores agrícolas a nivel internacional, y en renglones como los cereales, cebadas y frijoles de soya ocupa un sitial preponderante.
Por lo tanto, la contienda que mantiene con Rusia tiene un efecto “demoledor” en la producción global de alimentos.
¿Cómo puede el gobierno lidiar con este escenario de dimensión mundial? Primeramente, protegiendo a las masas populares con los programas sociales, incentivando la producción de alimentos entre las distintas asociaciones agrícolas y productores organizados.
Programas sociales
La ocasión es propicia, además, para que el Ministerio de Agricultura, incentive las siembras masivas de productos alimenticios, apoyar los huertos escolares, así como crear las condiciones para que aquellos pequeños predios y parcelas diseminados en el territorio nacional sean acondicionadas e incorporadas a generar alimentos.
“En relación con el 2019 hay un 2% más del PIB, alrededor de unos 130 mil millones de pesos más que el Gobierno está invirtiendo en el sector social para ayudar más a los dominicanos en los diferentes sectores”, dijo el presidente Abinader.
La distribución de semillas, fertilizantes y la preparación técnica de esos terrenos deben estar garantizados por parte de las autoridades.
El presidente Abinader ha hablado a su pueblo de manera clara, sin esconder ni rehuir a la verdad.
Demuestra que está profundamente preocupado por las consecuencias que podría generar la prolongación de la guerra rusa-ucraniana. Y sigue trabajando arduamente para alcanzar y aplicar medidas que reduzcan las penurias del pueblo dominicano.
Es una coyuntura delicada que merece el concurso de los principales actores de la vida nacional, particularmente del liderazgo político no importa que bandera enarbole.
Ahora de lo que se trata es de contribuir para superar esta situación generada por factores exógenos y de no persistir en criticar sistemáticamente las medidas que el Ejecutivo implementa para conjurar las alzas de productos alimenticios.
Bodegas móviles
Las bodegas móviles del INESPRE representan una positiva contribución de la política social gubernamental hacia los sectores más empobrecidos de la sociedad, y debe el gobierno incrementarla, procediendo a aumentar el número de unidades que se desplacen por los barrios y comunidades del país.
En circunstancias como las actuales es imperativo ampliar y fortalecer los programas sociales y de ventas de productos básicos a precios asequibles para los núcleos de menores ingresos.
El asistencialismo desde el Estado es cada vez más necesario en la República Dominicana al igual que en aquellas naciones cuyos habitantes tienen poderes adquisitivos reducidos. Incluso, hasta en naciones desarrolladas como EE.UU., existen los subsidios y planes sociales oficiales.
Artículo de Manuel Díaz Aponte