El informe resalta que, a nivel sectorial, la recuperación también ha sido heterogénea.
La región de Centroamérica y República Dominicana registró en 2021 un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 9,2% con respecto al año anterior, según el último informe publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El estudio indica que países como Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y República Dominicana ya han alcanzado el nivel de actividad económico en 2019. Sin embargo, otras economías como la de Panamá no se espera que recuperen los niveles prepandémicos hasta finales de 2022 o 2023, por el impacto económico que tuvo el confinamiento de 2020.
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En este sentido, otras economías como la de Belice, que depende fuertemente del turismo, han experimentado un sólido repunte durante 2021, pero insuficiente para volver a los niveles de actividad prepandemia. Otros fenómenos como los desastres naturales también han lastrado a economías de la región centroamericana, como es el caso de Honduras.
El informe resalta que, a nivel sectorial, la recuperación también ha sido heterogénea. De esta manera, los sectores de manufactura, telecomunicaciones, energía y agricultura lideran la reactivación económica en la mayoría de los países, mientras que el hotelero, la construcción y el comercio, importantes generadores de empleo en la región, continúan rezagados, lo que ha determinado que la recuperación laboral haya sido más lenta que la de la actividad económica.
En este contexto, la mayoría de los países, el número de trabajadores cotizantes apenas vuelve a alcanzar los niveles prepandémicos, según el estudio. Además, el estudio apostilla que la presencia de altos niveles de informalidad "impide contar con un panorama completo en términos de creación de empleo".
Con estos datos, el BID ha remarcado su apoyo el desarrollo productivo de las micro, pequeñas y medianas empresas centroamericanas, que representan el 99% de las empresas de la región y aportan entre el 65% y el 70% del empleo de la población económicamente activa; a través de la promoción de las exportaciones, acceso a mercados y financiación del tejido productivo, con especial énfasis en la incorporación de pequeños productores rurales en las principales cadenas de valor.
Entre 2020 y 2021, la institución multilateral movilizó 5.634 millones de dólares (5.127 millones de euros) en apoyo a la región para enfrentar los retos de la pandemia. Solo en 2021, el BID aprobó 3.377 millones de dólares (3.074 millones de euros).
De cara a 2022, el BID espera que el proceso de recuperación continúe, aunque a un ritmo más moderado que el observado en 2021. El menor dinamismo en la economía estadounidense, unas tasas de interés más altas en varias economías e interrupciones en las cadenas de suministro, podrían afectar de forma negativa a la actividad económica de la región, a lo que se suma la incertidumbre alrededor de la evolución de la pandemia.