El tema volverá a ser de importancia durante este año en que se celebran unas cruciales elecciones de medio término.
Por Ramón Mercedes
NUEVA YORK.- La reforma migratoria que garantice legalizar a más de 11 millones de inmigrantes no ha dejado de ser, en el caso del Partido Demócrata, una simple oferta de campaña para agenciarse votos en las comunidades migrantes.
Así lo manifiesta la seccional del Partido Alianza País (AlPaís) en documento de prensa que despachara el coordinador general de la entidad política para ultramar, con asiento en esta ciudad, Luis Mayobanex Rodríguez.
Durante la pasada campaña electoral el presidente Joe Biden marcó distancia con el tono xenófobo de Donald Trump y se comprometió reformar el quebrado sistema migratorio, un año después este compromiso se encuentra casi en estado agónico, precisó.
El tema de la reforma migratoria será de importancia en el debate político nacional durante este año en que se celebran unas cruciales elecciones de medio término.
La agresividad republicana en la defensa de sus posiciones conservadoras y que en ocasiones bordean la xenofobia, se incrementará para alentar aún más su activa base política para salir a votar en noviembre y desbancar a los demócratas de su frágil dominio en el congreso.
Molesta que una parte importante de los oficiales electos a distintos niveles en territorio estadounidense y que dicen guiarse por los valores de la democracia, menosprecien la opinión del 70% de los estadounidenses que apoya la reforma migratoria y la legalización de los indocumentados.
La comunidad dominicana, su liderazgo político oficial y de base no deben sustraerse de un tema como el abordado en un momento político donde su curso y resultado final impactarán la vida de millones de sus connacionales.
Más cuando hablamos de una comunidad con más de 2 millones de personas, sean dominicanos por origen o descendencia.
De esta cifra algunos estudios colocan en 200 mil los connacionales con status migratorio irregular, de los cuales un 60% arribó a EE.UU. de manera legal y el restante lo hizo cruzando la frontera irregularmente.
Resulta criticable la actitud asumida por años por la oficialidad política dominico-estadounidense sobre un tema que impacta severamente a la comunidad, no tan solo a su franja indocumentada, también a la que aspira reunificar su familia dado el predominio de leyes y regulaciones sostenidas en visiones excluyentes frente a los migrantes procedentes de Latinoamérica y el Caribe.
Este, que también es un tema que debería de importar al gobierno dominicano, parece no ser de su interés, aun cuando los cientos de miles de dólares que nuestros connacionales indocumentados envían anualmente a sus familiares, contribuyendo a un flujo de remesas que según el presidente Luis Abinader es un pilar fundamental para la económica nacional.