En el interior de la Iglesia Ortodoxa Rusa se han manifestado expresiones de críticas contra la guerra, aunque su principal representante mantiene el apoyo a Putin.
Es bien conocido que el Papa Francisco y el máximo representante de la Iglesia Ortodoxa de Rusia Kiril I, venerado Patriarca de Moscú, son amigos y preservan excelentes convivencias. ¿Ayudará esto a que la guerra Rusia-Ucrania finalice?
También se conoce que Kiril, es un fiel y entrañable amigo del presidente y líder de la Federación de Rusia, Vladimir Putin.
Luego de los pronunciamientos de condena del Papa Francisco a la invasión rusa en suelo ucraniano, habría que ver ¿cómo siguen sus relaciones con el emblemático Patriarca de Rusia?
En el interior de la Iglesia Ortodoxa Rusa se han manifestado expresiones de críticas contra la guerra, aunque su principal representante mantiene el apoyo a Putin.
Enfáticamente el Papa ha repudiado la guerra con palabras directas y sin maquillaje diplomático, al calificarla como “abuso perverso del poder” demostrado por Rusia en su guerra en Ucrania y pidió ayuda para los ucranianos que, dijo, han sido atacados “en su identidad, su historia y su tradición” y están “defendiendo su tierra”
En el primer diálogo directo entre Francisco y Kiril en La Habana, Cuba, el 12 de febrero de 2016, quizás lo más trascendental fue la declaración conjunta sobre la unidad religiosa que ambos rubricaron.
La misma establece textualmente: “Conscientes de muchos obstáculos que hay que superar, esperamos que nuestro encuentro contribuya a la obtención de la unidad mandada por Dios, por la que Cristo había rezado. Que nuestro encuentro inspire a los cristianos de todo el mundo para invocar con el nuevo fervor al Señor, orando sobre la plena unidad de todos sus discípulos".
Este acontecimiento bien valorado por la comunidad cristiana alrededor del mundo alcanzó un gran impacto en círculos religiosos, diplomáticos y mediáticos.
La plática de los líderes de las dos Iglesias fue la primera tras el cisma de 1054, que puso fin a un largo proceso de separación entre las Iglesias cristianas de Oriente y Occidente, motivado por la cuestión de la fidelidad al papado de Roma.
En dicha ocasión, el principal líder de la Iglesia Católica llegaba desde Roma e hizo escala en la isla caribeña para poder encontrarse con Kiril, quien estaba en Cuba con motivo de una visita a Latinoamérica. Dialogaron en un salón ejecutivo del Aeropuerto Internacional José Martí.
Previo al encuentro, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, manifestó a BBC que: “Cuba es ideal porque es un país principalmente católico que tiene una comunidad minoritaria ortodoxa en La Habana. Es un lugar igualmente hospitalario para todos. En cambio, Europa está conectada con experiencias negativas y dramáticas para ambas comunidades religiosas”.
¿Un nuevo encuentro?
Hay gestiones encaminadas para que el Papa Francisco vuelva a reencontrarse con el Patriarca de Moscú, probablemente en los próximos días, y ello sería de mucho beneficio en los cruciales momentos que vive la humanidad.
Esos influyentes líderes religiosos pueden contribuir a edificar un espacio social más armonioso en este mundo tan convulsionado, donde el drama de la guerra sea reemplazado por la capacidad humana para la reconciliación, entendimiento y armonización.
Actualmente, hay conflictos armados además del protagonizado por Rusia-Ucrania, en las regiones de Oriente Medio y Norte de África. Los países que escenifican esas confrontaciones armadas son Siria, Libia, Yemen, Palestina e Israel, Sáhara, Marruecos y Argelia.
Amnistía Internacional estima que millones de personas están desplazadas forzosamente de sus hogares como consecuencia de esas confrontaciones, estimándose que desde Ucrania han emigrado hacia Polonia, Rumania, México y España casi tres millones de personas incluyendo adultos, jóvenes y niños.
Si volvieran a reunirse el Papa Francisco y el líder ortodoxo ruso, Kiril I, es seguro que abordarán el conflicto de Rusia-Ucrania, que está repercutiendo negativamente en los aumentos de precios de los hidrocarburos y de los alimentos en los mercados mundiales.
Rusia produce más de 50 millones de toneladas al año de fertilizantes, el 13% del total mundial, y ante las sanciones que le ha impuesto Occidente ello podría generar una escasez que incidirá en el aumento de los productos alimenticios.
La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha advertido sobre el impacto de gran alcance de la guerra en el sistema alimentario mundial, debido a los trastornos que ocasiona la interrupción del comercio, la cadena de distribución y reducción de cosechas futuras.
Artículo de Manuel Díaz Aponte