El séptimo día amaneció malhumorado y con una resaca del Demonio.
Dicen que el primer día creó la Nada, para que hubiera algo. Y al segundo día creó la Luz. Y al tercer día inventó cosas que crearan sombra: las nubes y los árboles frondosos. Y al cuarto día hizo el Infinito, para que todo lo anterior fuera pequeño. Y al quinto día inventó lo más difícil: todo lo humano. Y el sexto día celebró con sus amigos el haber hecho tantas cosas en tan corto tiempo: bebió, comió, oyó música y jugó dominó todo el día, (olvidándose de que todo en exceso hace daño). El séptimo día amaneció malhumorado y con una resaca del Demonio (que ya lo había inventado). Y fue así como Dios creó algo en verdad imperdonable: el día Lunes.