Envejecientes asiduos recibían algunas asistencias sociales en sus respectivos hogares, debido al encierro dispuesto por la crisis sanitaria
Con el reforzamiento de las medidas de seguridad, quedaron oficialmente abiertos todos los hogares de paso para envejecientes, los cuales fueron forzosamente cerrados desde finales de marzo de 2020 debido a la pandemia de. coronavirus.
Aunque fue el pasado 16 de febrero, que el presidente Luis Abinader dejó sin efecto las medidas restrictivas impuestas por el COVID-19, es a partir de ahora que reinician las operaciones en los hogares de paso, debido a que estos lugares requerían de adecuaciones para su operación, tras permanecer cerrados por poco más de dos años.
El director ejecutivo del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE), doctor José García Ramírez, explicó que los centros de atención a los envejecientes estuvieron trabajando de manera muy reducida, por las limitaciones que se registraron en la asistencia del personal durante el confinamiento y demás medidas de reclusión para atenuar las inclemencias la covid-19.
La reapertura oficial de estos centros fue dispuesta durante la última sesión del consejo directivo del (CONAPE), con las instrucciones de que estos lugares sean sometidos a un proceso de readecuación, y limpieza, para el reinicio de sus operaciones.
La dirección ejecutiva del CONAPE emitió una circular que dirigió a encargados, empleados y manejadores de dichos establecimientos, para que procedan a normalización los servicios, llamando a los adultos mayores beneficiados en cada uno de esos hogares, a que acudan en el habitual horario de 8:00 de la mañana a 4:00 de la tarde, de lunes a viernes.
García Ramírez impartió instrucciones específicas para que dicha reapertura se produzca de manera efectiva, tomando en cuenta los requerimientos necesarios para su operación a toda capacidad.
Agregó que es responsabilidad de los encargados de cada uno de estos hogares, garantizar que cada empleado esté vacunado con tres dosis y esté cumpliendo con la Ley 41-08 que establece y regula los lineamientos de las funciones que deben ejecutar quienes operan dichos centros.
Los hogares permanentes, conocidos como asilos, siempre estuvieron funcionando con diferentes y estrictas medidas de seguridad para preservar la salud e integridad de los envejecientes que allí residen, pero los mismos estuvieron cerrados para el público hasta que menguó el peligro de la pandemia.
En cambio quienes acuden diariamente, recibían algunas asistencias, como alimentos y medicinas, debido a que los demás beneficios que disfrutan, forman parte de las actividades diarias programadas por quienes lo dirigen dichos centros.