El Parlamento salvadoreño aprobó el 27 de marzo la entrada en vigor del régimen de excepción en todo el país.
MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) – Las autoridades de El Salvador han detenido a más de 26.200 presuntos miembros de bandas criminales durante los últimos 42 días, según fuentes policiales, después de decretar el estado de excepción ante una oleada de homicidios.
"Con los 501 terroristas capturados el sábado, hemos superado los 26.000 arrestos desde que inició la Guerra contra pandillas", ha explicado en su cuenta en la red social Twitter, la Policía Nacional Civil de El Salvador.
En total, 26.291 personas han sido detenidas desde que se impuso el estado de excepción.
El Parlamento salvadoreño aprobó el 27 de marzo la entrada en vigor del régimen de excepción en todo el país para combatir la ola de homicidios, que un día antes dejó más de 60 muertos. Los crímenes ha ido en ascenso desde principios de año y el presidente de El Salvador ha prometido atajarla de raíz.
De esta forma, el Gobierno salvadoreño queda capacitado durante este período para suspender ciertas libertades y garantías para facilitar despliegue de militares y policías en las calles y en los municipios donde ocurrieron estos homicidios.
Asimismo, se ha suspendido a los ciudadanos del país centroamericano varios derechos constitucionales, como la libre asociación.
En este contexto, el presidente del país, Nayib Bukele, también decretó la emergencia máxima en todas las cárceles de seguridad y máxima seguridad salvadoreña, mientras que la Asamblea Legislativa aprobó un endurecimiento de las condenas contra pandilleros.
Según cifras oficiales, la Mara Salvatrucha y Barrio 18, entre otras, tienen unos 70.000 miembros activos en el territorio salvadoreño.
Human Rights Watch (HRW) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestaron su preocupación por la imposición del estado de excepción en El Salvador, a lo que Bukele respondió que estas organizaciones "defienden a los pandilleros". Mientras, Naciones Unidas mostró, asimismo, preocupación por la ola de homicidios en el país centroamericano.