Probablemente Editrudis Beltran no sea gracioso, pero ha caído en gracia, la percepción le nace de haber quedado bien posicionado en el proceso electoral anterior.
La UASD tiene un sistema electoral denominado claustro electoral, es decir conserva lo que los griegos llamaban y practicaban bajo el nombre de democracia directa, porque todo elegible que busca el voto del universo de votantes de su escuela, de su facultad o a la rectoría en calidad de vicerrector o de rector, tiene que trabajar al votante voto a voto.
Esto hace que, en realidad, todos tengan posibilidad de ser escogidos siempre que sean capaces de contar con el favor de la percepción y de la persuasión general.
De modo que, el o los ganadores, son aquellos capaces de articular un proyecto que, en el tiempo, logra posicionarse hasta que el electorado lo percibe como posible ganador, luego, habrá de convertir esa percepción en persuasión. Para llegar a esta última, se requiere un proyecto o equipo de trabajo que combine una serie de factores donde los activistas, los recursos y la presión sobre el votante, se convierta en adhesión y la adhesión votos.
Ciertamente, los partidos políticos inciden y, en el último proceso, el gobierno por intermedio de algunos ministros, jugó un rol importante. Pero ese solo factor no es capaz de inclinar el voto, se requieren otras herramientas y otros recursos. Puede ocurrir que, una semana antes, es más un día antes de la votación, ocurra un fenómeno que cambie la dirección del voto.
Este fenómeno puede ser circunstancial o provocado, pero no siempre tiene esa capacidad. Añádase a lo anterior el fenómeno del populismo, no es lo mismo caer en gracia que ser gracioso.
Probablemente Editrudis Beltrán no sea gracioso, pero ha caído en gracia, la percepción le nace de haber quedado bien posicionado en el proceso electoral anterior y mantener un proselitismo constante en el presente cuatrienio que, acaba de finalizar gracia a un equipo de trabajo que captó el voto mayoritario con base a un trabajo constante que convirtió la percepción en persuasión.
Obvio, a ello se sumó también el que un porcentaje importante del denominado sistema de grupos que inciden al interior de la UASD lo asumiera como su candidato. Es decir, se trata de una ardua tarea, donde los recursos y los activistas coadyuvar al triunfo.
De modo que, el gobierno, no es más que uno entre diversos factores. Obviamente, las llamadas oligarquías que gobiernan grupos y que controlan la universidad jugaron también un rol determinante.Realmente, los puestos no electivos no se rigen aquí por la ley de función pública, ni por el Estatuto Orgánico, se rigen por el control que ejercen los grupos.
De modo que los únicos puestos realmente móviles son los de elección directa, los demás obedecen a un conglomerado que lucha por sostener privilegios o por mejorarlos. Se sacrifica a aquel que carece de grupo y su posición va a la masa de aquellos a quienes se le debe ubicar.
O, por el contrario, se hacen creaciones para éstos. En el proselitismo uasdiano inciden también ciertos principios que, actualmente, fueron sepultados como aquel que asimiló Balaguer de conformidad con el cual, a la oposición, se le debía dejar cierto espacio y la UASD, como otras universidades latinoamericanas, fueron dejados como bastiones electorales de las izquierdas. Es evidente que esta regla de oro ha quedado atrás, que ahora los gobiernos hacen política y toman el poder en las universidades, el catolicismo fue el primer grupo de poder dominante que hizo de la universidad un espacio propio, luego han seguido las demás religiones. En palabras diferentes, ni la izquierda, ni la oposición son hoy en día determinantes en las universidades.
El llamado movimiento renovador ha desaparecido, las ideologías burguesas y pequeñoburguesas lo han penetrado por intermedio de los factores recursos y poder. La lucha de hoy en día no es por inclusión de los excluidos sino por espacios de poder y por recursos; la UASD sigue siendo la universidad del pueblo porque una gran masa de jóvenes de campos, pueblos, ciudades y barrios marginados buscan convertirse en pequeñoburgueses por intermedio de un título universitario o, como dice Pierre Bourdieuex, buscan un título novelisimo al estilo medieval. Editrudys dice garantizar ascenso a todos los que desean ascender, a los que desean mejorar su posicionamiento. Es un gerente que sabe repartir recursos y espacios de poder. Como se puede observar, en esta lógica populista no hay espacio para propuestas académicas.
El populismo no es estructural ni busca institucionalizar, al revés, busca desestabilizar porque en el cambio hay siempre oportunidades nuevas tanto positivas como negativas, aunque, todos piensan que solo hay oportunidades positivas.
Pero como bien dice Hayeck, a la libertad positiva corresponde una libertad negativa. Es decir, no todos los que apoyaron a Editrudys pueden pretender que ganaron con él, habrá perdedores porque bajo el esquema actual, el populismo es neoliberalismo deformado, disfrazado. De modo que habrán libertades positivas o concentración de poder y libertades negativas o excluidos porque así es como opera el neoliberalismo. Nadie puede alegar que Editrudis lo engaño, simplemente, son las reglas del juego neoliberal el cual se ha enquistado al interior de la UASD porque ésta es parte de la sociedad y la sociedad dominicana entró al modelo neoliberal desde los años noventa del siglo XX.
Los partidos de centroizquierda han gobernado como centroderecha. De modo que el modelo de inclusión social no está de moda, lo que está de moda es sobrevivir bajo la crisis. Bajo esta lógica los débiles, los pobres no cuentan, cuentan los que son capaces de ser ganadores sin que importen mucho los medios sino los resultados. En pocas palabras, ya la UASD no es el centro de lo social sino el centro de lo neoliberal pues el cambio social que se ha operado en aquellos que habiendo obtenido un título en ella son exitosos y se imponen con sus recursos y con los espacios de poder que han logrado.
La única esperanza de lo social es el carácter cíclico de las crisis capitalistas, como se observará, en toda Latinoamérica se ha iniciado un ciclo de gobernantes inclusivos y de lo social, pero por la arritmia histórica e isleña que caracteriza a la República Dominicana como la caracterizó Juan Bosh, aquí los cambios llegan siempre post facie. Ahora toca ayudar a Editrudis a que pueda hacer una buena gestión, es decir, a que no sea presa fácil de la embestida neoliberal y populista que se cierne sobre la UASD durante su rectoría.
Ya Asjana, sabiamente, ha puesto a disposición del rector electo, su programa de ejecuciones para la UASD, pensamos que sería inteligente de parte de Editrudis, acogerlo, ejecutarlo. Pues ahí está el germen del presente y del futuro. Esto así, porque bajo el esquema neoliberal, no hay obligación de cumplir la oferta de campaña sino ser pragmático en el poder. Lo cual se traduce en ganarse los decanos del equipo de Asjana, gobernar con ellos, ser magnánimo en el poder bajo el principio de que la familia uasdiana es una. DLH-27-6-2022