Sin ningún obstáculo, el PLD de Leonel y Danilo -no de Bosch- se mantuvo por largos 16 años desfalcando el país.
Durante toda la historia del pueblo dominicano las fuerzas progresistas o revolucionarias vienen cometiendo los mismos errores estratégicos dejando inconcluso los procesos que han iniciado permitiendo que los enemigos se reagrupen, adquieran fuerza y se levanten para tomar nuevamente el poder.
Tal vez sea necesario recordar cómo terminaron los padres de la patria, abandonados, exilados, fusilados y olvidados, incluyendo a Juan Pablo Duarte. Wilises Francisco Espaillat, presidente de tan solo cinco meses y cinco días, ética, moral, patriota, ciudadano ejemplar, sin mácula, derrotado por las fuerzas más oscuras de su época.
No vayamos más lejos en el tiempo. Rafael Leónidas Trujillo fue asesinado en la hoy autopista 30 de mayo después de encabezar una de las dictaduras más sanguinarias, crueles y despiadadas no sólo del país sino del mundo. Más de 30 años robando y matando, imponiendo el terror y el miedo. Mataron a Trujillo, pero no mataron el “Trujillismo”. como ideología, como cultura. Y ese modelo conservador, autoritario, violento, corrupto, se mantiene vigente, de algún modo hasta nuestros días.
Llegó el PRD al gobierno -no al poder- con Juan Bosch que fue derrocado mediante un golpe de Estado precisamente por las fuerzas más conservadoras, reaccionarias y retardatarias con el apoyo de la iglesia católica y Estados Unidos, produciendo poco después la revuelta de 1965 que terminó imponiendo a Trujillo sin Trujillo. Joaquín Balaguer inició un proceso de exterminio de los revolucionarios constitucionalista que se mantuvo durante 12 tortuosos años en que vimos la sangre correr impetuosa por nuestras ciudades y campos.
Finalmente Balaguer fue derrotado en las elecciones de 1978. Jamás pensamos que Balaguer, con un cementerio particular de jóvenes revolucionarios sobre su conciencia podría volver diez años más tarde al poder. ¡Y volvió! Balaguer perdió las elecciones, pero mantuvo las herramientas políticas de poder que le permitieron regresar. Lo demás es historia reciente. Todos la conocemos. (Fue declarado por el Congreso del PRD, PLD y el PRSC, Padre de la Democracia, bofetada a los héroes y mártires del 65 y de los 12 años de su dictadura ilustrada)
Después de 23 años predicando moralidad política y social el PLD fundado por Juan Bosch llega al poder tras firmar un pacto rastrero, reaccionario y racista para impedir que Peña Gómez ganara las elecciones. Gana las elecciones del 96, pierde en el 2000, pero se recupera en el 2004, (jamás debió volver) cuando decide convertirse en una corporación empresarial para acumular poder económico corrompiendo todo el tejido social del país, destruyendo los partidos de oposición y crear un Estado para legitimar sus acciones delincuenciales y perversas.
Sin ningún obstáculo, el PLD de Leonel y Danilo -no de Bosch- se mantuvo por largos 16 años desfalcando el país. Ocuparon el Congreso y la Justicia, compraron la prensa callando muchas voces, una buena parte del empresariado debió arrodillarse convirtiendo en socios a la mayoría de los miembros del Comité Político y a muchos del Comité Central. Con el control absoluto de los poderes del Estado, incluyendo los poderes fácticos, el empresariado, las iglesias, los clubes, los medios de comunicación, las Fuerzas Armadas, la Policía, etc., pretendían eternizarse en el poder. Diseñaron un proyecto económico que perduraría como la Dinastías en el Medio Oriente, de cien a mil años.
Gracias a la ambición grupal el PLD se divide, Leonel y Danilo toman caminos separados. Gana el PRM con Luís Abinader, un hombre de este tiempo, con ideas de transparencia, trabajo y honestidad. Se presenta como la figura del cambio. Su ingenuidad lo lleva a cometer el mismo error de sus antepasados históricos. Gana las elecciones, más no gana el poder. El poder sigue en manos del PLD. Tanto es así, que una buena parte de los estamentos del Estado siguen en sus manos. La mayoría de los cuadros del PLD no han podido ser desvinculados de la administración pública.
El PLD pierde las elecciones, pero no el poder. Y ahora, tanto el PLD Morado de Danilo, como el PLD Verde, de Leonel, están vigentes, accionando y hasta conspirando para intentar regresar al gobierno y continuar su obra depredadora.
El PRM debió destruir al PLD, acabar con el peledeismo, como ideología, como práctica, como cultura. Y no lo hizo. El cambio debió comenzar con el sistema de Justicia, destruyéndolo y creando otro nuevo, con nuevos actores y protagonistas. No bastaba con designar a una mujer honorable y capaz profesionalmente como Mirian Germán, porque la estructura corrupta judicial morada la desborda, la deja sin posibilidad de hacer justicia en contra de los políticos ladrones.
(El caso Medusa, que involucra al ex procurador Jean Alan Rodríguez, donde siguen actuando los mismos actores de su gestión, como si no se enteraron de lo que sucedía, es una demostración de la necesidad de producir cambios profundos y radicales en el Sistema de Justicia, principalmente en el Ministerio Público)
El peledeísmo debió ser borrado de la faz de la tierra, como debió ser borrado trujillismo, como debió ser borrado el balaguerismo. La historia nos enseña que los cambios sociales, para que sean cambios verdaderos, tienen que ser radicales, estructurales. Y sobre los escombros de los viejos sistemas levantar otros totalmente nuevos.