Los insistentes aplausos de partidarios del expresidente Leonel Fernández en medio de la rueda de prensa convocada para responder el discurso sobre las ejecutorias del actual gobierno, buscaban impresionar y restarles impacto a las preguntas de los reporteros acerca de sobrevaluaciones de obras atribuidas a su administración.
La perspicaz insistencia de los periodistas hizo que Fernández evadiera el fondo de los interrogatorios apelando a expresiones como: “El gobierno ahora introduce un nuevo elemento al debate, es comparar precios de obras construidas con otras que son meras ilusiones hasta el momento”.
Otras de las fraseologías apeladas por Fernández fueron: “No podemos comparar mito con realidad”, “no podemos discutir contra lo que no existe”, “no podemos comparar realizaciones con picazos”, “esa es la diferencia entre picazos y realidades”, “hay un metro que funciona, hay otro que está en la cabeza del Presidente”, “son ficciones que se levantan de comparar lo que existe con lo que no existe”.
En todo momento, el presidente de la Fuerza del Pueblo esquivó la esencia de las preguntas de los periodistas que afanosamente intentaron obtener su respuesta en torno a las extensiones de la UASD que se levantan actualmente con presupuestos más reducidos a los aplicados en la edificación del parqueo de esa academia en 2011.
La contextualización en el manejo de palabras por parte de Fernández no parece impactar como en otrora lo hizo, porque ahora choca con una nueva realidad, con una visión y actuación desde el Estado guiado bajo la sombrilla de la transparencia y la lupa que impulsa el gobierno del presidente Luis Abinader.
¿Hasta cuándo podrán eludir Leonel y Danilo Medina abordar con claridad meridiana las acciones de corrupción atribuidas a sus mandatos presidenciales y por lo que guardan prisión varios de sus exfuncionarios?
En la medida en que sigan evadiendo abordar el tema le será más difícil convencer al electorado de cara a los comicios presidenciales del 2024, en el que Leonel, que busca alcanzar por cuarta ocasión el solio presidencial, solo tiene en el Partido Fuerza del Pueblo, un 6% de aceptación popular, según recientes encuestas.
Mancha Indeleble
En la administración de Leonel uno de los casos de corrupción más sonado fue el de la Sun Land y la transacción mediante contratos de 130 millones de dólares con el Estado Dominicano en la que estuvo envuelta, como intermediaria, esta multinacional de la construcción, con antecedentes funestos en otros países latinoamericanos. Esos contratos fueron negociados por el Poder Ejecutivo sin la aprobación del Congreso Nacional,
Incluso, el ex presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, llegó a revelar que el gobierno de Leonel Fernández “desató todos los demonios contra nosotros” por el caso de la Sun Land.
Asimismo, una investigación del economista Jaime Aristy expuso en que los 130 millones de dólares envueltos en el préstamo fueron “a parar a las empresas de Félix Bautista y a subvencionar la lucha intrapartidaria por la candidatura de Leonel Fernández en contra de Danilo Medina (2007) y la campaña para retener el poder en el 2008”.
El caso de los Super Tucanos y el pesaje sombra de la autopista de Samaná son puntos oscuros de la administración de Leonel, quien se envolvió en una telaraña de conceptualización y contextualización al hablar a los representantes de los medios de comunicación.
El nueve de diciembre del 2021, el presidente Luis Abinader anunció la terminación anticipada de la concesión de la Autopista de Samaná (Autopista del Nordeste) a través de un acuerdo, que permite al Estado un ahorro de mil 500 millones de dólares.
La eliminación del infame peaje sombra de la autopista de Samaná suscrito a 33 años y tres meses, fue posible por la política de transparencia que ejecuta el mandatario, quien ha advertido que no hay «peso, contrato o gasto que no esté bajo la lupa del presidente».
Obras de Abinader
Abinader al exponer un balance de sus primeros dos años de ejecutorias en ceremonia desde la sala de la Restauración del Gran Teatro Regional del Cibao, citó que el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones tiene en ejecución más de 500 obras por un monto de 86,000 millones de pesos y ha concluido 87 con una inversión de 15,400 millones.
Esas infraestructuras incluyen entre otras la presa de Monte Grande, las intervenciones de la autopista Duarte, que incluyen la ampliación desde el kilómetro 9, y nueve circunvalaciones en Azua, Baní, Navarrete, Circuito 3 Santo Domingo, Moca, San Francisco, Santiago, Los Alcarrizos y Malecón de Nagua.
En el Gran Santo Domingo, las obras más importantes son, la construcción de la avenida Hípica, la avenida San Isidro, la Ecológica, desde Ciudad Juan Bosch hasta la avenida Juan Pablo Segundo (Autovía del Nordeste), y el elevado de Andrés, Boca Chica. En cuanto al transporte masivo, están en proceso avanzado la expansión de las líneas 1 y 2 del metro en Santo Domingo, y en Los Alcarrizos la extensión del metro y el teleférico.
La presa de Monte Grande dijo el presidente Abinader está ya avanzada en un 80%, una obra iniciada con un primer picazo en julio del 2010, pero que realmente comenzó a construirse en el 2013 y que hasta el 2020 solo había avanzado un 41%.
Imperio de la Ley
Abinader está decidido a defender metro a metro su ejecutoria gubernamental exponiendo que” hoy la sociedad sabe que en este país ya no hay absolutamente nadie que escape al imperio de la ley”, y señaló, además, que no es posible todavía evitar que un individuo piense en vulnerar la ley, ya sea para enriquecerse o para cualquier otro fin, aunque aseguró que quien lo haga debe saber que este país ha cambiado y que no acepta ya la impunidad.
Para robustecer ese enfoque, el gobernante manifestó que: “Hoy existe, como nunca, una lupa constante que permite a todos los dominicanos vigilar y denunciar a quien actúa mal, y yo los animo a que sigan haciéndolo” enfatizó.
Es evidente que la oposición no ha dado tregua al gobierno del Cambio a quien no le reconoce ninguna acción positiva, ni siquiera la extraordinaria labor de vacunación y protección ciudadana ante la pandemia del coronavirus con la consiguiente y efectiva reapertura del turismo y las principales actividades comerciales e industriales, como lo han reconocido otros mandatarios y representantes de organismos internacionales.
La oposición política en el país debe revisar su tradicional y manoseado discurso de simplemente oponerse y criticar todo lo que viene del litoral del gobierno.
En consecuencia, debe haber más creatividad y aportar ideas que contribuyan al afianzamiento y fortalecimiento de las instituciones democráticas, que, a fin de cuenta, es aportar al mejoramiento económico y social del colectivo.
Artículo de Manuel Díaz Aponte