Advierte presupuesto es insuficiente para tantas parturientas extranjeras
Pedro Angel
Santo Domingo. – El estudio de la Fundación Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), que reveló incremento de 23 por ciento -en 11 años- de los partos de extranjeras en hospitales dominicanos, levanta la falda al sistema hospitalario dominicano. ¿Hay para tanto?, la pregunta obligada.
El presidente de la Sociedad Dominicana de Obstetricia y Ginecología responde. El doctor César López advierte que el presupuesto que se destina al sector salud es insuficiente para atender el alto volumen de parturientas extranjeras, en especial las haitianas y venezolanas. Son tantas que no da.
“Otra implicación para el país es el Libro de Extranjería, que cada día se llena más de personas que no son dominicanas y, en el peor de los casos, son hijos de ilegales, en su mayoría haitianos”, puntualizó.
El presidente de la sociedad científica analiza que el costo promedio de 8 mil pesos por parto, arrojado por la investigación de FUNGLODE, está muy subvaluado.
“No incluye las situaciones delicadas de salud en que llegan la mayoría de las parturientas haitianas, como anemia, desnutrición e hipertensión”, comentó.
Explicó que “cada parto de extranjeras, básicamente las haitianas, son mujeres que se complican en más del 50 por ciento; cuando eso ocurre significa que los costes ya no son los estipulados”.
El gineco obstetra agregó que cada vez son más las extranjeras que por necesidades económicas vienen a parir al país y que el ingreso de una paciente haitiana con anemia, desnutrición e hipertensión, “que son las condicionantes que tienen como agravante, encarecen mucho más su asistencia”.
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Indicó que una de cada tres extranjeras con parto terminará en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), por la grave situación de trastorno y complicaciones de hemorragias.
Puntualiza que otra situación frecuente son los trastornos hipertensivos y enfermedades crónicas. “Eso aumenta los costos”.
Sugiere que los controles migratorios sean más estrictos para evitar que las extranjeras entren ilegalmente al país a alumbrar a sus bebés.
