Los estrategas de Bolsonaro aconsejan a este no participar en otros debates hasta ver si finalmente las proyecciones electorales en los próximos días demuestran que sí habrá segunda vuelta.
La pobreza y la corrupción coparon el contenido del debate escenificado entre Jair Bolsonaro y Lula Da Silva. Se dijeron de todo, pero la sangre no llegó al río.
Medios de comunicación de Brasil creen que Lula sacó ventaja sobre Bolsonaro pero también, se mostró evasivo al referirse a la corrupción atribuida durante su mandato.
El encendido debate electoral entre el presidente brasilero Jair Bolsonaro y su principal contrincante, el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva, abrió sus ventanas enfocándose en la corrupción y la economía como temas predominantes.
Intenso este cara a cara entre Bolsonaro y Lula, en el que además bailó Dilma Rousseff, primera mujer en gobernar esa nación (1 de enero de 2011 hasta el 31 de agosto de 2016).
Bolsonaro enfiló sus cañones contra el Partido de los Trabajadores (PT), de quien dijo es una organización corrupta y que no supo gobernar en los 16 años que ostentó el poder.
La mayoría de los medios de comunicación de Brasil coinciden en que el perdedor del debate fue el presidente Bolsonaro, quien inclusive, se molestó ante una pregunta de una periodista.
El movimiento feminista de esa nación suramericana ha criticado duramente al mandatario por su lenguaje sexista contra la imagen de las mujeres.
También el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) ha cuestionado la política social del gobierno en los campos de Brasil, indicando que ha llevado mayor pobreza en las poblaciones marginales particularmente entre los indígenas.
Aunque las encuestas de preferencias electorales hechas en distintas localidades de Brasil proyectan a Lula como favorito para alcanzar la victoria en los comicios presidenciales de octubre, algunos ven con preocupación la actitud asumida por el actual mandatario al abordar cuestiones locales e internacionales.
Bolsonaro y Trump
El perfil emocional de Jair Bolsonaro, capitán retirado del Ejército brasilero muchos lo asocian al expresidente estadounidense, Donald Trump, con quien mantuvo buena relación.
Durante el debate hizo esfuerzo en proyectar una imagen sosegada viéndose al lado de Lula y los demás aspirantes presidenciales, pero la periodista Vera Magalhães, columnista del diario O Globo lo desconcertó, a tal extremo que trató de ridiculizar en su respuesta.
De su lado, Lula tropezó y fue parco al responder cuestionamiento sobre la corrupción administrativa en su mandato (1 de enero de 2003 – 1 de enero de 2011),
Ha sido la primera discusión transmitida en vivo por varias cadenas de radio y televisión de Brasil, acaparando la atención de los habitantes de la mayor economía de América Latina.
Participaron igualmente otros cuatro aspirantes presidenciales con menores niveles de aceptación entre el electorado.
Evidentemente, entre Lula y Bolsonaro está el nuevo mandatario que el pueblo brasileiro elegirá el 2 de octubre próximo.
Los estrategas de Bolsonaro aconsejan a este no participar en otros debates hasta ver si finalmente las proyecciones electorales en los próximos días demuestran que sí habrá segunda vuelta.
Bolsonaro no ha tenido mucha empatía con el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con quien dialogó en un ambiente de fría cordialidad durante una reunión bilateral en junio pasado en la IX Cumbre de las Américas, efectuada en la ciudad de Los Ángeles, California.
La Amazonía
Biden ha criticado en varias ocasiones la política de su homólogobrasileiro sobre la Amazonía
Diferencias entre ambos mandatarios sobre la protección del clima y de la Amazonía salieron a relucir en el breve encuentro en Los Ángeles, y no hay que olvidar, que el presidente de Brasil fue uno de los últimos líderes en reconocer el triunfo del mandatario estadounidense.
Igualmente, organizaciones ambientalistas de Brasil han denunciado que la actual administración gubernamental ha propiciado el desmonte progresivo de esa exuberante y rica región considerada como “el pulmón del mundo” a un ritmo de 4 mil kilómetros al año de devastación.
A inicio de julio el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, se reunió en Sao Paulo con el exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Ello motivó el enojo del gobernante y líder ultraderechista Jair Bolsonaro, quien procedió a “cancelar” su encuentro pautado con el mandatario portugués.
Artículo de Manuel Díaz Aponte