Realizar el plan de responsabilidad social o política de responsabilidad empresarial, es adentrarnos en el bien hacer, en la buena gestión administrativa, institucional, porque esta estrategia lo cimenta. Este, al ser una construcción didáctica oportuna, posible y sistemática, propicia el efectivo posicionamiento de una organización, empresa e institución; la convierte en líder.
Pero, para llegar a obtener este logro, esta guía de acciones corporativas debe estar lógicamente, cónsonas con la filosofía institucional, el Plan Estratégico Institucional y los planes operativos, porque es una programación, un documento de gestión y de evaluación, que pauta las directrices generales que debe seguir la institución, empresa u organización de manera estratégica y sostenible.
Por lo que, es esencial que sus gestores, comunicadores estratégicos por excelencia, investiguen, así como, todos los convocados a su realización; que identifiquen sus capacidades corporativas, en recursos técnicos y humanos; conocer nuestros límites, para identificar los indicadores de resolución de problemáticas y los facilitadores de la resolución de esas dificultades: Un buen diagnóstico realizado antes de accionar en la comunidad, puede ayudar bastante. La planificación de RSE no admite improvisación.
Algunas actividades importantes a enumerar en este plan de compromiso social son aquellas de sostenibilidad, de servicio comunitario, pero a largo plazo, como una campaña para crear alianza entre la población en que se pernocta. campaña de alfabetización, de ser necesaria y urgente, incluso formación digital. Pero siempre se tendrá como plataforma o hilo conductor un valor para fijar el mensaje propuesto y obtener el impacto deseado.
- De igual forma, apadrinar escuelas, hospitales, refugios, iglesias, equipos de béisbol, parques, isletas, bosques, montañas, caudales…, listados en un cronograma didáctico, con las acciones de bien hacer a ejecutar, bien enumeradas, sus tiempos y responsables.
Por eso, es necesario conocer los valores, la filosofía institucional completa, porque debe reflejarse en la programación de RSE. Además, las habilidades de la empleomanía; el talento, que de acuerdo a ellas realizaremos excelente y creativas actividades sociales, que deben listarse en los cronogramas que integrarán esta guía, junto a las directrices; los respectivos responsables y ejecutores.
Se planifica en equipo, donde todas y todos identifiquen proyectos y necesidades, problemáticas urgentes de la comunidad. El emprendedor Henry Ford, afirmaba que reunirse es el comienzo; mantenerse juntos es el progreso; pero trabajar juntos es el éxito.
Por eso los lineamientos y criterios del plan de RSE, donde se plantean y definen las estrategias, versaran de acuerdo a esas necesidades y aspiraciones, identificadas en conjunto, en la población objeto. El soporte debe gestionarse en alianza con otras instituciones homólogas, patrocinadores, líderes comunitarios o con recursos propios…
Es necesario profundizar en que, el uso de los recursos o presupuesto en un determinado proyecto o problemática, tenga importante impacto en la comunidad elegida para ejecutarlo. Siempre hay que priorizar las poblaciones donde haya mayor posicionamiento o deseo alcanzarlo, sin dejar de lado, caso de segmentos vulnerables. Listar a los aliados, las directrices del plan: organizaciones y líderes que apoyarán y colocar claramente en el cronograma cada detalle que contribuirá a propagar nuestro impacto corporativo en la vida de las personas.
Es preciso señalar paso por paso, las estrategias y el enfoque pertinentes, ¿cómo se sostendrá el programa de acción de RSE?, ¿Cómo impacta el plan de RSE la cultura de nuestra organización?, ¿con cuáles los instrumentos se va a medir el alcance de cada acción realizada?, ¿cómo valuar el modelo y la ejecución de nuestro plan de RSE para impactar más a la población y corregir errores?
De igual forma, ¿con quiénes evaluar para tener certeza de que el proyecto funcionó: con la comunidad o solo con los directivos de la institución?, y ¿cómo comunicar las acciones de progreso, éxitos, para que la población comprenda cada esfuerzo y se genere valor a la marca? Bien aseveró el cientista Benjamin Franklin: “Sin continuo crecimiento y perseverancia, palabras como mejora, logro y éxito no tienen significado”.
Hasta pronto.
La autora reside en Santo Domingo