Las imágenes del presidente impartiendo instrucciones a las brigadas responsables del plan de acción gubernamental en las provincias de La Altagracia, El Seibo, Hato Mayor del Rey y Samaná son bien elocuentes.
La estrategia implementada por las autoridades para socorrer a la ciudadanía ante la amenaza y posterior destrucción del huracán Fiona, específicamente en las regiones Este y Nordeste ha sido acertada y humana.
Igual dimensión ha tenido la decisión del presidente Luis Abinader de suspender su viaje a Nueva York, para intervenir ante la 77ª reunión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y ponerse al frente de las acciones del Gobierno para socorrer a la ciudadanía.
- Excelente medida que además fue reforzada con la inmediata aplicación de operativos de asistencia con distribuciones de alimentos, jornada de reconstrucción de viviendas, operativos médicos y distribución de medicinas y el restablecimiento de los servicios de energía eléctrica y agua potable.
Abinader está en el corazón del pueblo y eso la gente lo valora porque ven al mandatario entregado en cuerpo y alma para socorrer a los más necesitados y golpeados por este fenómeno atmosférico.
Las imágenes del presidente impartiendo instrucciones a las brigadas responsables del plan de acción gubernamental en las provincias de La Altagracia, El Seibo, Hato Mayor del Rey y Samaná son bien elocuentes.
Como también, su acercamiento y solidaridad expresado en el abrazo a familias impactadas por el ciclón Fiona en momentos de angustia y dolor.
No se ha perdido tiempo e inclusive en los preparativos previo al paso de la tormenta Fiona las autoridades fueron precavidas adoptando un esquema de seguridad para socorrer a la población a través del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), que dirige el general retirado Juan Manuel Méndez.
Como lo dijo este eficiente servidor público, por primera vez un mandatario asiste a una reunión de trabajo en las instalaciones del COE, para conocer de cerca todos los aspectos relacionados a los operativos de socorro y protección ciudadana.
En ese sentido, sobresale el esquema aplicado por el COE, cuyo objetivo primario es planificar y dirigir todas las acciones de coordinación entre las instituciones del Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta ante Desastres.
Solidaridad
“Que no se quede una vivienda sin restaurar. Y no se va a quedar una sola vivienda sin restaurar, eso yo se lo garantizo”, sentenció el presidente Luis Abinader al recorrer las áreas devastadas en la comunidad de Las Galeras, provincia de Samaná.
En esta comarca, las autoridades tienen previsto desarrollar una jornada de reconstrucción de un total de 8,300 hogares, de los cuales 5,500 corresponden a la región Este y 2,800 a la zona Nordeste.
Para tales fines, se implementará una jornada de integración institucional de los Ayuntamientos Municipales, las Juntas de Vecinos y el Ministerio de Vivienda y Edificaciones, así como otras entidades gubernamentales.
Otra disposición acertada es brindar apoyo financiero y asistencia técnica a los productores agrícolas afectados por la tormenta al igual que a los dueños de hoteles y restaurantes de Samaná.
Hay que esperar las conclusiones de las evaluaciones que realizan técnicos del gobierno sobre los daños a las edificaciones que impactó Fiona tras su paso por la República Dominicana.
La respuesta económica de instituciones como el Banco de Reservas, Banco Popular, la Sociedad Industrial Dominicana, el grupo Vicini y representantes de la diáspora en el exterior al unirse a las autoridades para contribuir a mitigar los efectos dejados por Fiona merecen el reconocimiento de todo el país.
Las provincias declaradas en estado de emergencia por el Poder Ejecutivo, mediante el decreto 537-22, son La Altagracia, La Romana, El Seibo, Samaná, Hato Mayor, María Trinidad Sánchez, Duarte y Monte Plata.
En circunstancias como las actuales es necesario la unidad de todos los dominicanos para que juntos podamos contribuir a levantar las infraestructuras dañadas.
Compromiso de Todos
No solo el gobierno está en la obligación de extender la mano a los damnificados de este fenómeno atmosférico, sino por igual, los sectores empresariales y entidades que aman y creen en el presente y porvenir de esta nación.
La reunión del presidente Luis Abinader en el Palacio Nacional con líderes y representantes de las principales organizaciones políticas, a quienes explicó las disposiciones gubernamentales para encarar el cuadro económico y social dejados por el huracán ha sido igualmente una decisión inteligente y de pragmatismo político.
Las secuelas dejadas por Fiona en parte son un reflejo de la deuda social de nuestro sistema democrático, en el que un fuerte ventarrón levanta la falda de la pobreza esparcida por el país.
De ahí, la obligación y compromiso moral de las autoridades en el manejo pulcro de cada peso del erario.
Artículo de Manuel Díaz Aponte