Se trata del primer juicio en más de un década contra un grupo extremista estadounidense por delitos de este tipo.
MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) – Este martes arranca un proceso judicial histórico contra el líder de la milicia ultraderechista Oath Keepers, Stewart Rhodes, y cuatro de sus lugartenientes, por delitos de sedición y conspiración para derrocar violentamente el Gobierno de Estados Unidos durante el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
Se trata del primer juicio en más de un década contra un grupo extremista estadounidense por delitos de este tipo. En este caso, la cúpula de Oath Keepers está acusada de pretender detener por la fuerza la confirmación por parte del Congreso del triunfo del presidente, Joe Biden, en las presidenciales de 2019.
El proceso comienza con la elección del jurado en una corte federal de Washington. Se trata del primero de los tres juicios por sedición previstos para este año por los episodios ocurridos aquel 6 de enero, en el que una variopinta, pero violenta turba de simpatizantes de Donald Trump acudieron a su llamada para irrumpir en el Capitolio y detener el ascenso de Biden a la Casa Blanca.
Los cinco acusados, que se han declarado inocentes de todas estas acusaciones, se enfrentan a penas de prisión máximas de hasta 20 años. Los fiscales confían en poder demostrar que todos ellos hicieron parte de un plan bien organizado, que consistía desde operaciones previas de reconocimiento, pasando por organizar ataques armados de respuesta rápida, hasta un asalto militar al Congreso.
La sedición y conspiración son los cargos más importantes que se han presentado contra las aproximadamente 850 personas que han sido detenidas por su participación en aquellos disturbios. La principal acusación que han presentado los fiscales es la de ingresar de manera ilegal en un lugar restringido, mientras que el resto de las más recurrentes son por agresión o resistencia a la autoridad.
Stewart Rhodes, de 57 años, ha estado al frente del grupo desde que lo fundó, allá por 2009. Se trata de un antiguo paracaidista del Ejército que actualmente se encuentra en prisión preventiva en Texas, después de un fallo judicial en el que se alertaba de que cuenta con la capacidad para "financiar insurrecciones futuras".
El caso de Rhodes fue la primera acusación importante que cayó sobre un miembro de estas milicias fuertemente armadas presentes en las revueltas del 6 de enero. Hasta ese momento, el resto de integrantes de esos grupos, como Proud Boys o Three Percenters, si bien fueron acusados de conspirar para entorpecer un proceso legal, no incluía el matiz de sedición, que cuenta con una fuerte carga política.
Los otros cuatro son Kelly Meggs, de 53 años, cabecilla de la delegación de Oath Keepers en Florida junto a Kenneth Harrelson, de 41 años, otro de los detenidos; Jessica Watkins, de 40 años, veterana del Ejército que sirvió en Afganistán antes de formar parte del grupo en Ohio; y Thomas Caldwell, de 68 años, empleado del FBI y antiguo comandante de la Marina, que ha negado pertenecer al grupo.
Sus abogados han alegado que su presencia aquellos días en Washington respondían a sus intereses por actuar como "mantenedores de paz" si estallaban disturbios entre los partidarios de Donald Trump y grupos antifascistas. Como muestra, explican, algunos de ellos entraron al Capitolio para "ayudar" a los policías.