El nuevo sistema convertiría los plásticos de polietileno, que son producto de desecho, en productos de gran demanda.
Un nuevo proceso podría convertir los desechos plásticos en materias primas de alto valor y reducir la necesidad de combustibles fósiles para producir propileno
El proceso, que se encuentra en las primeras fases de desarrollo, utiliza catalizadores para romper los largos polímeros de polietileno (PE) en trozos uniformes -la molécula de tres carbonos propileno- que son la materia prima para fabricar otros tipos de plástico de alto valor, como el polipropileno.
El proceso ha sido desarrollado en la Universidad de California (Estados Unidos), y el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), según publica la revista 'Science' y que recoge la agencia Europa Press.
Hasta ahora, los plásticos de polietileno, especialmente las bolsas de plástico, son difíciles de reciclar y cuando se consiguen se convierten en un polímero para cubiertas y otros productos de poco valor.
El nuevo sistema convertiría los plásticos de polietileno, que son producto de desecho en un producto de gran demanda.
El grupo demostró que el proceso funciona con diversos plásticos de PE, como las botellas de leche translúcidas, las botellas de champú opacas, los envases de PE y las tapas de plástico negro duro que unen los paquetes de cuatro latas de aluminio.
El proceso no sólo podría reducir la necesidad de producir propileno con combustibles fósiles, a menudo llamado propeno, sino que también ayudaría a cubrir una necesidad actualmente insatisfecha de la industria del plástico de más propileno.
Los plásticos de polietileno representan aproximadamente un tercio de todo el mercado mundial de plásticos, con más de 100 millones de toneladas producidas anualmente a partir de combustibles fósiles, incluido el gas natural obtenido por fracturación hidráulica, a menudo llamado gas de esquisto.
Despolimerizar el polietileno y convertirlo en propileno es una forma de producir productos de mayor valor a partir de residuos de valor esencialmente nulo, al tiempo que se reduce el uso de combustibles fósiles.
El grupo demostró que el proceso funciona con diversos plásticos de PE, como las botellas de leche translúcidas, las botellas de champú opacas, los envases de PE y las tapas de plástico negro duro que unen los paquetes de cuatro latas de aluminio.
Toda esa basura plástica se redujeron eficazmente a propileno, y sólo hubo que eliminar los agentes colorantes.