Por Tito Suero Portorreal.
Lo que ha puesto a nuestro país en el primer lugar en el mundo con el mayor número de víctimas letales por habitantes es multifactorial. Hay una ciencia llamada Accidentología que sostiene que en la mayoría de los casos los llamados " accidentes" en realidad son incidentes porque siempre hay un culpable .
En los casos viales cuando no es el conductor es el peatón, o el estado de la vía o el exceso de confianza al conducir o al deambular por las vías. Dentro de ese contexto la falta de autoridad es un factor de primer órden. No se le teme a la misma.
A menudo vemos ciudadanos que forcejean y hasta agreden a los Digesett que los fiscalizan. Transitar sin placas, estacionarse debajo de " No Estacione", sobrepasar el límite de velocidad establecido , desplazarse temerariamente en pesados vehículos con gomas lisas que ninguna autoridad revisa ni impone la pena al propietario violador.
Eso es antes de que ocurra el evento. Con mano dura se resuelve esa fase no importa a quíén se afecte con ella, sea empresario del transporte, funcionario , político, congresista, deportista o artista famoso. Con 3 ó 4 ejemplos se endereza el más imprudente, provocador o temerario.
El otro contexto es el del evento ya producido. Aquí lo importante es salvar vidas y reducir al mínimo las secuelas mórbidas. El despliegue correcto de los organismos de socorro , triage o categorización de las victimas en órden de prioridad en base a la gravedad. Luego un transporte en ambulancias de soporte vital básico, avanzado o aéroambulancia. Finalmente , el arribo a un centro de Trauma Shock debidamente equipado y personal de emergenciología experimentado.
Aquí había en el hospital Dr.Darío Contreras un centro de esas características construído con financiamento del acuerdo Lomé IV y asesoramiento del SAMU de Francia, el colegio americano de medicina de emergencia y personal de la universidad de Massachusett como el Dr. Felipe Rodríguez , máster en cirugia de trauma. Para el diseño de dicho centro la secretaría de salud envió a un arquitecto en diseño de hospitales a puerto Rico para observar la arquitectura y el flujograma funcional de una unidad de trauma shock como el planeado. Yo era director del Darío y visité el Jackson Memorial Hospital para asesoramiento y familiarización.
Una vez terminado, el Centro contaba con área de espera para acompañantes, triage, sala de lavado de pacientes, sala de sutura, rayos x, tomógrafía, resonancia magnética, sala de reanimación, vigilancia intensiva ,laboratorio, área de enyesado, cubículos de atención y sala de descanso para el personal sanitario.
El segundo nivel disponía de tres quirófanos solo para cirugías de emergencias, unidad de cuidados intensivos 10 cubículos equipados con monitores y oxígeno central, salón de conferencias.
Como paradoja curiosa, la primera emergencia masiva tratada allí fué la de un incidente vial que afectó a unos turístas italianos creo que de Bávaro. Ocuparon todos los cubículos y parte del área de recuperación; se trabajó con mucho profesionalismo.Fué exitoso el bautismo de sangre del Centro.La embajada agradeció la labor realizada.
Lamentáblemente , cuando proyectábamos ampliar la cobertura de servicio el pasado gobierno a través de la OISOE destruyó el centro de trauma shock y de paso eliminó el departamento de medicina hiperbárica con todo y sus costosas cámaras de las que la monoplaza supuéstamente se dañó y la de 6 plazas no se sabe que pasó con ella.También desmantelaron el vital departamento de Anatomía patológica con todo su equipamiento. Las actuales autoridades del Ministerio y del Servicio Nacional de Salud ni las del mismo hospital se han preocupado por investigar qué pasó y de que manera restituir lo que fué el primer proyecto de modernizar lo que he llamado la placenta de un sistema de emergencias médicas cuyo cordón umbilical es la atención prehospitalaria en la que está el 911 y ambulancias privadas y , finalmente, el saco amniótico que es la comunidad presente y testigo en la zona del evento.En el lamentable acontecimiento de los turístas en el Bus volcado esta semana lo más acertado es analizar fríamente lo sucedido y aplicar los correctivos necesarios.