La tesis del Pnud es que los países ricos tienen los recursos para poner fin a la crisis de la deuda.
NACIONES UNIDAS – Las 54 economías en desarrollo que representan más de la mitad de las personas más pobres en el mundo necesitan urgentemente el alivio de la deuda, a consecuencia de las crisis mundiales en cascada, planteó este martes 11 un nuevo reporte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).
El alivio de la deuda “sería fácil de asimilar para los países ricos, mientras que el costo de la inacción resultaría atroz para los más pobres del mundo”, afirmó al presentar el informe el brasileño Achim Steiner, administrador del Pnud.
“No podemos permitirnos repetir el error de ofrecer un alivio demasiado escaso y tardío, en la gestión de la carga de la deuda de las economías en desarrollo”, agregó.
El informe se titula precisamente “Avoiding ‘Too Little Too Late’ on International Debt Relief (Evitar ‘demasiado poco demasiado tarde’ en el alivio de la deuda internacional)” y se presenta en vísperas de la reunión en Washington de ministros de Finanzas del Grupo de los 20, de economías industrializadas y emergentes.
A su vez, esa cita es previa a las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y el Pnud estima que las condiciones son propicias para que los acreedores y deudores entablen conversaciones sobre la reestructuración de las acreencias y eviten una crisis de la deuda de los países en desarrollo.
Steiner recordó que “los 54 países con graves problemas de deuda albergan a más de la mitad de las personas más empobrecidas en el mundo; sin embargo, apenas representan poco más de tres por ciento de la economía mundial”.
“El alivio de la deuda sería fácil de asimilar para los países ricos, mientras que el costo de la inacción resultaría atroz para los más pobres del mundo”: Achim Steiner.
Según el Pnud, los riesgos derivados de la inacción son nefastos: si los países del Sur más críticamente endeudados no acceden a una reestructuración de la deuda efectiva, la pobreza aumentará.
En consecuencia, no se producirán las inversiones en la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos, las que resultan “apremiantemente necesarias”, sobre todo porque los países afectados se encuentran entre aquellos con mayor vulnerabilidad climática a nivel mundial.
Se advierte que las condiciones del mercado cambian rápidamente debido a una contracción fiscal y monetaria sincronizada, lo que sumado al bajo crecimiento económico aumenta la inestabilidad en todo el mundo.
De ese modo, 19 economías en desarrollo están pagando, al pedir préstamos en los mercados de capitales, más de 10 puntos porcentuales por encima de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, con lo que se quedan fuera del mercado.
Los tenedores de bonos de deuda de muchas economías en desarrollo observan que se están comprando y vendiendo con grandes descuentos, por valores de entre 40 y 60 centavos por cada dólar indicado en esos títulos.
“Cuando los bonos de mercados emergentes se intercambian a 40 centavos de dólar, los acreedores privados de repente están más dispuestos a negociar. El elemento que falta para cerrar un acuerdo es la garantía financiera de grandes gobiernos acreedores”, señaló George Gray Molina, economista senior del Pnud.
De ese modo, 19 economías en desarrollo están pagando, al pedir préstamos en los mercados de capitales, más de 10 puntos porcentuales por encima de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, con lo que se quedan fuera del mercado.
Recordó al respecto que “los bonos Brady fueron motivo suficiente para que los acreedores permanecieran en las negociaciones en la década de 1980, y nos acercamos a un momento similar en 2022”.
El Plan Brady, que tomó su nombre del secretario del Tesoro estadounidense en 1989, Nicholas Brady, fue una estrategia de reestructuración de acreencias de los países en desarrollo, basada en operaciones de reducción de deuda y de su servicio, efectuada voluntariamente en condiciones de mercado.
La tesis del Pnud es que los países ricos tienen los recursos para poner fin a la crisis de la deuda, que se ha deteriorado de manera rápida como consecuencia, en parte, de sus propias políticas internas.
Esas políticas han hecho que las tasas de interés en las economías en desarrollo se disparen y que los inversores se retiren.
El informe propone avanzar a un marco común en la reestructuración de la deuda, centrada en ámbitos clave: análisis de la sostenibilidad de la deuda, coordinación de los acreedores oficiales, participación de los acreedores privados, y cláusulas de deuda dependientes del Estado orientadas a la resiliencia económica y fiscal.
Finalmente, el Pnud plantea que la reestructuración efectiva de la deuda es solo uno de los elementos esenciales para garantizar que las economías del Sur tengan los fondos necesarios para lograr avances en el desarrollo sostenible.
El informe concluye agregando que se necesitan urgentemente nuevas fuentes de financiación para que los países en desarrollo realicen inversiones en la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos.
Este artículo fue publicado originalmente en Ipsnoticias.net