Además de ser esenciales para la sostenibilidad de la vida, los sectores del cuidado tienen el potencial de dinamizar las economías y generar empleo
“Es momento para cambios transformacionales como el que propone la sociedad del cuidado”, subrayó hoy José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Así se expreso Zalazar-Xirinachs durante la presentación del documento La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género que orienta los trabajos de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe que se celebra en Buenos Aires, Argentina.
El mundo y la región se encuentran en un escenario de crisis prolongada multidimensional y una recuperación desigual que ha impactado desproporcionadamente a las mujeres agravando los nudos estructurales de la desigualdad de género, sostiene la CEPAL en la publicación.
Indica que el escenario exige contar con diagnósticos precisos y propuestas concretas que permitan dejar atrás un modelo de desarrollo que ha ignorado el cuidado de las personas y del planeta.
“Ante las crisis en cascada hace falta propuestas esperanzadoras. De eso se trata la sociedad del cuidado: una propuesta de organización social que ubica la sostenibilidad de la vida como el objetivo prioritario”, explicó el máximo representante de la comisión regional de las Naciones Unidas.
Además de ser esenciales para la sostenibilidad de la vida, los sectores del cuidado tienen el potencial de dinamizar las economías y generar empleo, resalta la CEPAL, más aún considerando el importante aumento de la demanda de cuidados que se proyecta por la transición demográfica y epidemiológica que atraviesa la región.
La pandemia del COVID-19 generó un retroceso de casi 20 años en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región, limitando su autonomía económica, según los datos de la Comisión. Pero los niveles de desempleo y la tasa de participación laboral de las mujeres no se explican únicamente por el debilitamiento del empleo en general como parte de la crisis económica: el principal obstáculo para la plena inserción de las mujeres en el mercado laboral está relacionado con la sobrecarga del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
La CEPAL ha estimado que cerrar las brechas género de participación laboral podría incrementar el PIB en 6,9 puntos porcentuales entre 2016 y 2030 en la región.
Aproximadamente un 60% de las mujeres en hogares con presencia de niños y niñas menores de 15 años declara no participar en el mercado laboral por atender responsabilidades familiares, mientras que en hogares sin presencia de niños y niñas del mismo tramo de edad esta cifra se ubica en el 18%.
Las mujeres de entre 20 y 59 años en hogares con presencia de niños o niñas menores de 5 años son quienes antes de la pandemia presentaban las menores tasas de ocupación y quienes, asimismo, registran los mayores descensos en los niveles de ocupación como consecuencia de la crisis.
La CEPAL ha estimado que cerrar las brechas género de participación laboral podría incrementar el PIB en 6,9 puntos porcentuales entre 2016 y 2030 en la región.
El documento lanzado hoy también alerta sobre la gran asimetría en la carga total de trabajo de hombres y mujeres: las mujeres trabajan más horas pero menos de forma remunerada.
La carga total de trabajo (que incluye trabajo remunerado y no remunerado) de las mujeres es superior a la de los hombres en la población ocupada en todos los países y todos los grupos de edad, con diferencias que varían entre 2,4 y 20,8 horas semanales. Las mujeres dedican entre 6,3 y 29,5 horas más por semana que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados.
De acuerdo con los cálculos de la CEPAL, en la región las mujeres dedican un 19,6% de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado mientras que los hombres apenas un 7,3%. Es decir, las mujeres dedican a estas actividades casi el triple del tiempo que ellos.
Actualmente, 10 países de América Latina y el Caribe calculan el aporte monetario del trabajo no remunerado de los hogares. Algunas de las aproximaciones realizadas en la región cuantifican que este tipo de trabajo tiene un valor de entre un 15,9% y un 27,6% del PIB. En promedio, el 74% de este aporte lo realizan las mujeres, remarca el documento.
“La magnitud del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado en relación con el PIB muestra la relevancia de este trabajo a nivel económico y esto se contradice con la poca valoración social que tiene y con el escaso uso que se le da a esta información para la toma de decisiones en términos de políticas económicas”, advierte la publicación.
La escasez de tiempo de las mujeres impide, por ejemplo, mayores niveles de participación política: en 2021 las mujeres ocupaban el 33,6% de los escaños de los parlamentos nacionales en América Latina y el Caribe. Se estima que a este ritmo tomará más de 40 años alcanzar la paridad en los parlamentos nacionales.
En los gobiernos locales, en tanto, solo el 24,9% de los lugares electivos están ocupados por mujeres.
Diseñar e implementar políticas de cuidados requiere acciones afirmativas en el ámbito de la fiscalidad, el empleo, las políticas productivas, económicas y sociales en el corto, mediano y largo plazo, se plantea en el documento.
Esto implica, entre otras cosas, garantizar los derechos de las personas que necesitan cuidados y de las personas que proveen cuidados; visibilizar los efectos multiplicadores de la economía del cuidado; implementar políticas que consideren el tiempo, los recursos, las prestaciones y servicios de calidad; eliminar la precarización de los empleos relacionados con el sector de los cuidados; y generar información y avanzar en la georreferenciación de datos sobre uso del tiempo, participación laboral de las mujeres y brechas de género.
“Cuando pensamos en la muy significativa elevación de la demanda de cuidados que se prevé por el envejecimiento de la población, es claro que las políticas fiscales en la región tendrán un reto muy importante en los próximos años, que es el de abrir el espacio fiscal para aportar los recursos adicionales necesarios para financiar la expansión de las redes de cuidado”, subrayó José Manuel Salazar-Xirinachs.
El máximo representante de la CEPAL enfatizó que “estamos en un punto de inflexión como países y como región. Necesitamos actuar con sentido de urgencia y elevar el nivel de ambición y la escala en los esfuerzos de política. No es un momento para cambios graduales y tímidos, sino para políticas transformadoras y audaces que realmente muevan las agujas del desarrollo”.
La presentación del documento contó con comentarios de Antonia Orellana, Ministra de la Mujer y la Equidad de Género de Chile; María Ángeles Durán, Investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España; María-Noel Vaeza, Directora Regional para las Américas y el Caribe de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres); y Rebeca Grynspan, Secretaria General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) (por video).
El programa de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer que se celebra en Argentina incluye el lanzamiento de diversos documentos con recomendaciones de política, un debate de alto nivel sobre la sociedad del cuidado, paneles temáticos sobre financiamiento de los cuidados y cuidado del planeta y una mesa redonda sobre corresponsabilidad de los cuidados, además de 30 eventos paralelos, entre otras actividades.