La firma de abogados Rosanna Matos & Asesores realizó el conversatorio “Protección contractual frente al aumento de precio de los materiales de construcción”, llegando a la conclusión de que en caso que los contratos de compraventa de inmuebles no tengan cláusulas que se refieran al aumento de precio de los materiales de construcción, lo ideal es que se llegue a una negociación entre constructores y adquirientes que sea lo más beneficiosa posible para ambas partes.
En el marco de la feria “Construmedia 2022”, Rosanna Matos, CEO de la firma, respondió las principales inquietudes que tienen los adquirientes de viviendas como son: si seguirá subiendo el precio de los inmuebles, si puede establecerse el precio del cemento mediante contrato y si el contrato puede proteger o garantizar el valor del inmueble.
La abogada explicó que a raíz de la pandemia y de la paralización de la economía donde todos los sectores fueron afectados, el de la construcción tuvo un impacto directo con el aumento de los insumos, del salario de la mano de obra y de los combustibles, entre otros factores, que obligaron a las constructoras a renegociar sus contratos y a aumentar el precio de sus productos.
Durante la charla, celebrada en el stand que tenía la oficina de abogados en Construexpo, Matos estuvo junto a Miguel Brache, abogado de la firma. Ambos coincidieron que la intranquilidad se apoderó de los adquirientes cuando cambiaron las reglas del juego. “Algunos constructores ofrecieron devolver el dinero pagado pero los adquirientes indican que no pueden comprar nada con ese monto, lo que se convierte en una desventaja”.
Matos recomendó sentarse en la mesa de la negociación, porque la realidad es que hubo un alza en todo y llegar a un punto medio, tomando como referencia parámetros que sean emitidos por instituciones sólidas y confiables, tal como la tasa de inflación establecida en el índice de Costos Directos de la Construcción de Viviendas (ICDV) publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
“Lo más saludable para las partes es lograr una negociación, establecer un punto medio y determinar ese porcentaje de aumento porque nadie está obligado a lo imposible”.
Señaló que debemos tomar en cuenta la etapa de construcción de la obra, el plazo de entrega, los montos pagados y los que quedan por pagar del precio del inmueble para establecer ese aumento de precio.
Recomendó que ambos, constructores y adquirientes, busquen asesorarse siempre por una firma de abogados expertos en la materia, para que las negociaciones lleguen a un buen término y puedan mitigar las contingencias.