El caso Leonel Fernández como un necesario y urgente pivote de aliento y que consolidaría el progresismo latinoamericano y caribeño.
POR RAFAEL MÉNDEZ
Las potencialidades del expresidente Leonel Fernández de imponerse en los comicios del 2024, va a significar un importante impulso a la consolidación del progresismo latinoamericano, que en la actual coyuntura marca la segunda ola dorada de esa tendencia en regional con sucesivas victorias electorales, con las victorias de Luiz Inacio-Lula- da Silva, en Brasil y Gustavo Petro, en Colombia.
Ese augurio está sostenido por el crecimiento en las preferencias electorales alcanzada por el líder de la oposición y de la Fuerza del Pueblo, y que sale a flote en los encuentros efectuados por el progresismo en la región, como el que integra el Grupo de Puebla, del que es miembro el ex mandatario dominicano, y que se reunió recientemente en Colombia, coincidiendo con los cien días de arribo al poder del presidente Petro, el primer presidente de izquierda en la historia reciente de ese país.
Entre otras resoluciones, el encuentro del Grupo de Puebla hizo un llamado a renovar la agenda progresista para encaminarla a un modelo solidario de desarrollo, sin perder de vista la desigualdad social, la creación de valor, la construcción de ciudadanía y la transición ecológica en un mundo amenazado por la crisis climática, al tiempo que
celebró la presencia en el evento de representantes del Partido Comunista de China, el nuevo poder emergente en el mundo, para debatir sobre las relaciones del gigante asiático con América Latina y el Caribe.
Como preludio de lo que se proyecta como una realidad incontrastable en la República Dominicana, está la victoria de Luiz Inacio-Lula- da Silva, en Brasil, que a su vez trae consecuentemente el afianzamiento del Grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), que reúne las principales economías emergentes del mundo, y que tiende a consolidarse con la casi segura integración de Argentina y Arabia Saudita, en medio de una coyuntura que se inclina favorable al multilateralismo, en camino hacia un nuevo orden internacional, hegemonizado por los citados países.
El caso Leonel Fernández como un necesario y urgente pivote de aliento y que consolidaría el progresismo latinoamericano y caribeño, es porque se trata de uno de los políticos mejor formado en esta parte y de muchas otras parte del mundo, con reconocidos altos niveles de intelectualidad, capacidad expositiva y liderazgo en ascenso en su país y la regional, como lo resaltó el rector de una universidad española, quien sorprendido por una brillante exposición del ex presidente Fernández, exclamó que su erudición alcanza para darle clase a muchos políticos europeos.
Avance del progresismo y ofensiva de la derecha
Estudiosos de la actual coyuntura de sucesivas victorias electorales en la región latinoamericana y caribeña, advierten que junto a esa realidad, se observa una embestida de la derecha, que aunque ha perdido terrenos, se le observa a la ofensiva, en un inédito accionar caracterizado por la toma de las calles y un ascenso en sectores que décadas atrás le eran vedados.
“Sin embargo, las cosas no están igual que durante aquella época dorada. Ahora, las derechas, derrotadas en las presidenciales, han mostrado no solo un avance electoral, sino un conjunto de variantes que permiten entender una gran fortaleza que podría manifestarse en los próximos años, siempre proyectando que estos tiempos seguramente
serán especialmente duros en la arena económica y, por ende, proclives a la desestabilización política.
“Las derechas se concentraban en las clases medias y altas. En los sectores más occidentalizados, por lo general blancos, profesionales y ascendidos socialmente. Por ello se presumían políticamente “correctas”, demócratas por antonomasia y moralmente “superiores”. Le hablaban especialmente a “la gente de bien” y no les importaba vejar a
los pobres, campesinos, obreros y excluidos. Pero ya no es así”, sostienen esos estudiosos.
Aun con las perspectivas promisorias de ampliación del mapa en esta segunda ola, en el que la coyuntura regional y mundial favorece el ascenso a estadios superiores favorables a los sectores populares, el progresismo requiere también que junto a esos avances y consolidación, emerjan líderes y lideresas con potencialidades y condiciones particulares que vuelen sobre el firmamento regional.