El ron, whisky, tequila, ginebra y vodka son ejemplos de bebidas alcohólicas que se someten a un proceso de destilación. En consecuencia son bebidas alcohólicas químicamente más puras que el vino.
Por HUMBERTO CONTRERAS VIDAL
En el mes de diciembre se celebran numerosos encuentros sociales motivados por las fiestas navideñas. Estos encuentros se caracterizan porque en ellos se suelen consumir comidas y bebidas de forma desordenada.
Una de las principales causas de las intoxicaciones propias de este mes de diciembre es sin lugar a dudas el abuso que se comete al ingerir alimentos y bebidas en cantidades mayores a las necesarias.
Sin embargo, conviene saber que en términos de bebidas alcohólicas existen numerosos estudios que tienden a favorecer al vino como la más saludable entre este tipo de bebidas.
En lo particular, y en base a un análisis teórico, se ha llegado a la conclusión de que el vino no necesariamente es la bebida más beneficiosa para la salud. Algunas bondades que son atribuidas al vino pueden ser encontradas en otras bebidas alcohólicas debido a que en todas ellas está presente el alcohol etílico.
Los químicos sabemos que alcohol etílico es un líquido transparente. Por tanto, podemos asegurar que todas las bebidas alcohólicas destiladas son químicamente más puras.
La destilación es un proceso físico mediante el cual un líquido se calienta, se convierte en vapor, y luego ese vapor se condensa (se vuelve líquido nueva vez). Es como cuando se cocina una sopa en una olla que el agua se desprende en forma de vapor y luego se pega de la tapa. Allí se puede observar cómo el agua que se ha evaporado y se ha pegado en la tapa está limpia sin ninguno de los condimentos que tiene la sopa.
Entre otros usos, la destilación se utiliza para purificar sustancias. El ron, whisky, tequila, ginebra y vodka son ejemplos de bebidas alcohólicas que se someten a un proceso de destilación. En consecuencia son bebidas alcohólicas químicamente más puras que el vino.
En la actualidad, parte del aspecto nocivo de los alimentos y bebidas está asociado con los aditivos alimentarios. El vino es una bebida alcohólica que no se destila en su proceso de elaboración, y por tanto, es por naturaleza una bebida con una matriz más compleja. Esto es, que tiende a tener una mayor cantidad de sustancias químicas en su composición.
Las sustancias químicas naturales que contienen los vinos mayormente son sustancias orgánicas que cambian con mucha facilidad al contacto con el oxígeno del aire. Así que, desde que se destapa una botella de vino lo ideal es que sea degustado inmediatamente. Ya que a medida le pasen los minutos y horas se irá oxidando. Esto es va cambiando químicamente con extrema rapidez cuando se le compara con otra bebida que ha sido destilada.
Para lograr extender la vida de los vinos, y como todas las bebidas industrializadas, se utilizan aditivos (sustancias químicas extras) para mejorar color, sabor, textura y garantizar que se conserve por más tiempo.
Estos aditivos que se añaden a los vinos, de alguna manera, hacen que en este aspecto el vino se convierta en una bebida menos saludable. Son conocidos los efectos nocivos al sistema gastrointestinal del dióxido de azufre (SO2), el cual aparece en las etiquetas como sulfitos, componente esencial utilizado para reducir los procesos de oxidación del vino y elevar así su vida útil.
Estos aditivos que se añaden a los vinos, de alguna manera, hacen que en este aspecto el vino se convierta en una bebida menos saludable.
Se entiende que este es un tema muy amplio y complejo. Escribir a favor de los beneficios de las bebidas alcohólicas todavía es más delicado. Sin embargo, conviene mencionar que cuando hay personas envenenadas con alcohol metílico, en medicina, se ha utilizado en ocasiones el alcohol etílico para contrarrestar los efectos nocivos del alcohol metílico.
Conocemos una experiencia de cómo el vodka se ha convertido en la medicina para salvar una vida de una persona envenenada con alcohol metílico.
Existen trabajos poco divulgados que atribuyen beneficios a la salud a partir de las bebidas alcohólicas destiladas. Una bebida alcohólica destilada debería ser más saludable para un diabético que el vino. Esto se debe a que el proceso de destilación trae como consecuencia mayor pureza y en consecuencia menor cantidad de calorías.
Sin pretender hacer promoción positiva a las bebidas alcohólicas destiladas, se debe decir que el consumo moderado del Vodka se ha vinculado al alivio del estrés y de la artritis. Es un desinfectante. Reduce el riesgo de diabetes y ha mostrado beneficios para el corazón. Como se podrá observar, son algunos de los beneficios que se le atribuyen al vino. Con la diferencia de que el vodka contiene menos aditivos nocivos.
¡Qué emocionante es vivir con la conciencia que te dan los conocimientos básicos de la Química!
El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. [email protected]