Por José Francisco Peña Guaba
República Dominicana celebrará su fiesta democrática en los meses de febrero y mayo del año 2024, primero, las municipales, en donde se escogerá el 94% de todas las candidaturas electivas, y después simultáneamente la presidencial y congresual, que el pueblo soberano seleccionará quién dirigirá los destinos nacionales como presidente para periodo constitucional de 2024-2028.
Pero, llegamos al año 2023, antesala de los procesos electorales venideros, y con ello llegarán irremediablemente una suerte de situaciones que irán aclarando el panorama político en esta media isla, todo, porqué, en este mismo año se configurará, sin lugar a dudas, todo el andamiaje legal para construir las condiciones, a los fines de llegar a organizar unas elecciones que deberán ser ejemplares para el año 2024, pasó a enumerar todo lo que deberá realizar la JCE y los partidos políticos para garantizar el éxito de esa fiesta de la democracia que tendremos entre febrero y mayo del año entrante, veamos:
1. Una nueva Ley Orgánica de Régimen Electoral se conocerá prontamente en la Cámara de Diputados, después de haber sido conocida por El Senado de la República, y que de ser aprobada por la Cámara Baja y promulgada por el Ejecutivo derogaría de inmediato la Ley Núm. 15-19, y le daría paso a una nueva ley que tendría rasgos muy particulares, ya que reformaría el régimen sancionatorio, fortaleciendo con ello el rol del ministerio público para perseguir las infracciones electorales, también habrán cambios en los plazos legales, lo que dotará a la JCE de mayor certeza en cada una de las etapas electorales, quedan otros importantes temas que a pedido de la JCE deberán ser tomados en cuenta como el del tope y mayor fiscalización de los gastos de campaña que harían los candidatos, la paridad de género y la eliminación del complejo voto preferencial para las regidurías y vocalías, entre otros puntos expuestos hace pocos días en un comunicado del Pleno de la la Junta Central Electoral;
2. Estamos seguro de igual manera, que prontamente la bancada oficialista presentará una reforma a la Ley Núm. 33-18 de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, cuya aprobación será mucha más compleja, todo, porqué los intereses electorales de los principales candidatos presidenciales son diferentes, y eso podría ser un obstáculo para la aprobación de una reforma a una ley de partidos de consenso;
3. En este año se definirán todos los precandidatos, y posteriormente los candidatos que terciarán en el nivel municipal y presidencial, más no así en todo el nivel congresual, donde una parte pudiese ser escogido en el año 2024, en el nivel municipal terciarán más del 94% del total de las posiciones electivas a escoger para el cuatrienio próximo 2024-2028;
4. Todas las miras están puestas este año principalmente para las elecciones municipales, porque una franja importante del electorado está convencida que quien obtenga mayor cantidad de electos es quién ganará en el nivel presidencial, por eso el esfuerzo del oficialismo y de la oposición se centrará en dar el todo por el todo para ganar en percepción, y así posicionar como delantero a su candidato presidencial;
5. La estrategia del gobierno se basará en hacer su esfuerzo principal en el nivel municipal, porque es la única manera que tienen los modernos de integrar a la mayoría de su base de apoyo, pues, primero, llevarían a los verdaderos líderes de bases en su boleta y esta sería la única manera de sumar e integrar en la campaña a un importante sector de miembros del PRM disgustados con la cúpula de su propio partido, y, sobre todo, con el funcionarato público de los del cambio que le han cerrado las puertas a su propia militancia, adecuada estrategia ésta, porque con los niveles de desafección de una parte de la dirigencia con el gobierno, solo la participación de miles de cuadros importantes como candidatos del oficialismo pudiese amainar el nivel de indignación de una parte de los PRM de la base con su cúpula palaciega;
6. Las bases y la dirigencia intermedia de los partidos opositores obligarán a pactar a la mayoría de las organizaciones de oposición, todo, porque, ningún candidato invertirá cuantiosas sumas de dinero en una campaña fallida, porque ante una dispersión de propuestas opositoras está más que claro que con minoría el oficialismo le ganaría a los candidatos de una oposición desunida, creo que habrán pactos, sobre todo, en las candidaturas de alcaldes, directores distritales y senadores entre las fuerzas principales (FP, PLD,PRD, PRSC) y una parte importante de las fuerzas emergentes, no creo, sin embargo, que dicha unidad se produzca en candidaturas preferenciales (diputados, regidores y vocales ), porque ahí estarían las mayores diferencias, y al final estas candidaturas no son tan importantes para los fines perceptivos;
8. El electorado se dividirá en dos candidaturas, la del presidente Abinader y del expresidente Leonel Fernández, las terceras opciones pierden apoyo, solo los liderazgos de los doctores Peña Gómez y Balaguer resistieron el empuje de las dos fuerzas punteras, ambos sacaron con un tercer lugar un 24% de votos, el primero, en las elecciones del año 1990, y el segundo en las elecciones del 2000, el mismo Leonel Fernández habiendo sido presidente tres ocasiones obtuvo menos de un 9% de votos en el 2020, lo que queda demostrado, es que las terceras fuerzas se diluyen al final y las candidaturas que polarizan atraen el voto de casi todo el electorado;
9. Será infructuoso el esfuerzo de buscar una unidad electoral entre el PRM- PLD, ni es lógica, ni tiene sentido, ni las bases peledeístas lo aceptarán, el que así lo quiera imponer, lo único que logrará con eso, es un masivo éxodo de los morados en apoyo a la Fuerza del Pueblo y a Leonel Fernández, hoy por hoy, el PLD y el PRM dicho en una frase popular “ son el agua y el aceite”;
10. La oposición en el nivel presidencial será mayoría, porque estoy seguro que se presentarán en el mismo varios candidatos buscando posicionarse para un acuerdo casi total de oposición, que bien se puede dar antes de la primera vuelta, pero que de seguro se daría en la segunda, porque el que vota oposición en la primera, no lo duden, volverá a votar por la oposición en la segunda vuelta electoral.
Los modernos, igual que todos los que llegan al Olimpo del poder, no querrán fácilmente dejarse sacar de la dirección de la administración pública y harán de todo para permanecer en la mansión de Gazcue, los escrúpulos de pino nuevo se van perdiendo en el camino y las promesas antireeleccionista serán una simple ilusión, la oposición se tiene que preparar a una embestida de los amigos del Palacio, algo muy natural en este país, en donde los que están arriba no quieren bajar, porque los presidentes le toman cariño a la silla, los funcionarios a sus cargos y los cuadros o dirigentes a sus cheques.
Cuando se va acortando el camino, los oficialistas se ponen nerviosos, se olvidan de promesas y prudencias, dígamelo a quién esto escribe, que lo he palpado varias veces, todo porque el que está viviendo en la gloria del poder prefiere mil veces “estar arriba con presión, que abajo con depresión”.
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