María Eugenia Leónvera es una escritora comprometida, su poesía es fuerte, llena de belleza y de una ternura inigualable.
Por Omar Cruz.
HONDURAS.- María Eugenia Leónvera es Diseñadora, ‘Aguja de Oro’ de Nariño. Poeta colombiana nacida en Ipiales (Colombia) desde donde desarrolla sus actividades culturales a través del “Colectivo Cultural Cincel” y la “Casa de Montalvo”. Autora de “De Amores y Nostalgias” y “Más Allá de la Ternura”, hace parte de múltiples Antologías editadas en diversos países. Participante en encuentros de poesía nacionales e internacionales.
Seleccionada entre los 100 mejores escritores de Iberoamérica y el Caribe por Editorial Hispana (USA).
María Eugenia Leónvera es una escritora comprometida, su poesía es fuerte, llena de belleza y de una ternura inigualable que solo se puede encontrar en cada unos de sus versos. En ellos describe lo maravilloso de haber nacido en Latinoamérica, pero también se asume y reconoce que aún nos falta seguir en la batalla para encontrar la libertad que históricamente se nos ha negado, pero que por nuestro esfuerzo hemos de obtener.
Entonces la poeta escribe “Latinoamérica Libre” un poema lleno de imágenes que nos llenan el pecho de fervor patrio y nos invitan a seguir, sin importar cuan grande sea la adversidad:
LATINOAMÉRICA LIBRE
(Festival Internacional Latinoamericano de Poesía, Barcelona 2022)
Tierra bendita bañada por dos mares
Donde el sol…
Protagonista de auroras y de ocasos
Abraza la memoria del crepúsculo
Madurando los trigales y el café
Aquí conjugan razas, heredades y suspiros
Aquí el corazón se opone a la derrota
Los sueños que florecen son del alma
Y la esperanza se viste de caminos.
Para nuestra América latina
La libertad, esquiva ha sido siempre
Se ha ocultado detrás de guerras fratricidas
De silencios extraviados, de engaños, de mentira
De máscaras que ocultan esa verdad a medias
Que grita desgarrando lentamente
Cuerpos y almas perdidos en el tiempo.
Latinoamericanos: no somos libres y solo lo seremos…
Cuando en la rivera horizontal de la nostalgia
No se fugue la risa de los niños por el hambre
En nuestros ojos no se apague la luz de la esperanza
No arribe al corazón la paz perdida
Ni sea el luto el que gobierne el alma.
Cuando el misógino con su olor a muerte
No destruya las vidas que dan vida
No se ensañe con las almas femeninas
Y las entregue en las fauces de la muerte.
Cuando el cóctel vibrante de agonías
No encuentre un ser para arrebatarle el alma
Ni el latir de una madre sea por siempre
El recuerdo voraz de la prematura muerte
Cuando las armas apaguen su estallido
Y dolor de patria jamás anide entre los hombres
Las calles se limpien de aquellos transeúntes
Que corroídos por el miedo: agonizan
Solo seremos libres en éste, nuestro suelo
¡Cuando ya no hayan cicatrices en el alma!
Pero la poeta no se queda ahí, ella también reconoce que parte del camino recorrido, se encuentra en las nostalgias, en el vivir diario, en el golpe a golpe que solemos encontrar al andar, en los senderos de la vida. Entonces ella, con rotunda belleza nos escribe y nos dice que:
CAMINAR…
Esa lucha por nacer, por ver la luz
Del pequeño ser que con lágrimas escribe
No alcanzará nunca a comprender
Los instantes sin par que se avecinan.
Irrepetibles los momentos de la infancia
Conjugados con desdichas y sonrisas
Vividos con amor y algunas prisas
Pero siempre matizados de inocencia
……
Se acerca la juventud: diosa en pasiones
E irrumpe cual promisorio alud de fuego
Trayendo remolinos de ilusiones
Buscando con afán el triunfo pleno.
Experiencias de locura y espejismo
Delirios por hacer realidad una promesa
Anhelos y vanidad que son cinismo
Confundieron el amor con los excesos,
Cada minuto a punto de caer en el abismo
Intentando deshacerse de prejuicios.
Comienza a madurar a ver más claro:
¡El camino por recorrer aún no empezado!
…
Busca ahora por la senda la verdad de su destino
Aprende a arrugar la frente, a palpar con la mirada
A esconder aquel dolor bajo la almohada
A sortear traiciones, a dominar el vino.
Encuentra en cada lágrima su verdadero valor
Aprende que en el perdón se esconde la paz perdida
Y se viste de sonrisa sin recordar el pasado
Solo saber que se ha amado ya que el tiempo lo precisa
Deja que las aves vuelen y no trunca su destino
Llega la paz al camino, se hace recuerdo el olvido
Regresan a la memoria aquellos sueños que un día
Pretendieron ser la gloria y hoy solo son utopía.
Sabe entonces la importancia de mantener la amistad
Porque de esa abundancia depende la compañía
Cuando los hijos se van y está a punto de quedarse
Con mucha sabiduría y el tiempo viene apremiante.
Solo ahora comprende cuan hermosa fue la vida
Y tan solo se pretende legar lección aprendida
Pero a nadie le interesan sus relatos y opinión
Ya que no tienen valor, porque es preciso vivirlos.
Y así el existir culmina dejándonos silencioso
La paz que siempre ilumina al proceder bondadoso
O la furia de lo oscuro y la intranquila conciencia
Nos acompañan seguro hasta llegar a la ausencia.
La autora sigue andando, ella sabe que ha encontrado el máximo esplendor de la ternura en su obra. Al igual que un filósofo se cuestiona, se responde, y también decide seguir cuestionando desde su obra hasta tratar de responderse, de reencontrarse y llevarnos en cada uno de sus poemas a:
¿ESCRIBIR?
–Es arrancarse a girones la nostalgia
Escarbar en el profundo sentimiento
Extraer la pasión que es solo magia
Arrebatarle el dolor a ese silencio.
–Es robarle a la luna el pensamiento
Gritar en la noche la ilusión y la tristeza
Dejar el corazón agotado, sin aliento
Porque de su ritmo la pluma se contagia.
–Escribir es hacer cómplice al silencio
De gemidos que se lanzan en la noche
De soledades, de amores y reproches
De vivencias que se esconden en el alma.
–Y es acariciar en dulce anhelo
El ansia del amor que se ha perdido
Es traer a la mente lo vivido
Retomar una vez más, el alto vuelo.
Es continuar amando y sin medida
Alcanzar en la vida un tiempo nuevo
Abrazar en el corazón lo que más quiero
Viviendo los sueños de hermosa fantasía
Y poner a volar el pensamiento
Cruzar mares, montañas y desiertos
Buscar a ese otro corazón amado
Y encontrar luego la vida…en un recuerdo.
Para reconocer tanto su labor poética y de gestión cultural como su profesión, en marzo del 2017 se le otorgó “La Estrella de la Fama” (Ipiales Colombia). La prensa escrita, radio y televisión han registrado sus logros y actividades.