Un juez debió dar la orden de desalojo ante la resistencia del Ejército a permitir las detenciones.
El atentado a la democracia brasileña que ha representado el asalto a las sedes. De los tres poderes en Brasil, similar al asalto al Capitolio de Estados Unidos, no parece que vaya a quedar sin sanciones.
La arremetida anti democrática protagonizada por bolonaristas ultraderechistas, que pudo contar con la complicidad de agentes de seguridad del Estado, terminó en un fiasco y generando la condena del mundo.
Este lunes las autoridades policiales de Brasil informaron que han terminado de levantar definitivamente el último reducto del campamento levantado hace poco más de dos meses por los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro a la puertas del cuartel general del Ejército en Brasilia, con la última detención de 1.200 personas.
Trasladados en autobuses
El reporte de Europa Press da cuenta que agentes de la Policía Militar de Brasilia y de la Fuerza Nacional de Seguridad han acudido a las 7.00 horas (hora local) de este lunes para advertir a los últimos que persistían en permanecer en el campamento donde se gestó el asalto de las sedes de los tres poderes de que disponían de una hora para dejar el lugar.
Sin embargo, para sacar a los manifestantes el Gobierno de Brasilia ha debido fletar cerca de cuarenta autobuses para el traslado de 1.200 rezagados que permanecían todavía en el campamento y ser llevados a dependencias de la Policía Federal, donde serán interrogados.
“A lo largo de la mañana de este lunes, los agentes iniciaron el desmantelamiento de un campamento después de que en la noche del domingo el Ejército no permitiera la entrada de la Policía. Según fuentes del Gobierno a las que tuvo acceso el diario 'O Globo' la negativa podría estar motivada porque muchos de los acampados eran familiares y conocidos de los militares” establece el informe de prensa.
La reacción de la Justicia.
En respuesta, el juez del Supremo Alexandre de Moraes, uno de los objetivos de los radicales, ordenó el desmantelamiento del campamento y el cese temporal del gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, después de los actos antidemocráticos que se produjeron el domingo, con el asalto de las sedes de los tres poderes.
En sustitución de Rocha, será la vicegobernadora Celina Leão quien asumirá el liderazgo de la capital, sobre la que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva decretó la intervención federal para asumir la competencias de seguridad.