Por: Michael Curiel
Jerarquía de las ideas y niveles de conocimiento.
En la entrega anterior vimos la Teoría de las Ideas y su amplio campo de aplicación. Dijimos que es una teoría no sólo metafísica y epistemológica, sino que también es antropológica, psicológica, ética y política.
Habíamos visto además, que Platón marca un dualismo ontológico al dividir la realidad en dos mundos: El mundo sensible, que es el de las “cosas”, o sea, la realidad aparente, y el mundo inteligible, que es el de las ”ideas”; esto es, la verdadera realidad.
Pero las “ideas” que, según Platón, están en ese mundo superior, perfecto y eterno, no son todas iguales, sino que existe entre ellas una jerarquía que podemos agrupar en cuatro categorías distintas.
La categoría más baja corresponde a la de las “ideas de cosas”; por ejemplo, la “idea de silla” (para continuar con el de la entrega anterior)
Le siguen las “ideas matemáticas”, las “ideas de valores”, como por ejemplo la idea de justicia, la idea de belleza, etc. Y por último, la “idea de bien”, que vendría a ser como la idea suprema, y por supuesto, la más importante.
Llegados a este punto es atinado preguntar si es posible tener acceso a esa idea suprema de bien; esto es, que si se puede experimentar.
Platón nos dice que sí, pero para lograrlo, tenemos que ascender por las distintas categorías. Iniciar en la más baja, e ir ascendiendo hasta acceder a ella. Conocer las ideas platónicas es, por tanto, escalar la montaña del conocimiento. Y en esa montaña a cada tipo de idea le corresponde un nivel de conocimiento. Veamos:
La “Eikasía” o imaginación corresponde a las ideas de cosas. Aquí imaginamos que las cosas que percibimos mediante los sentidos se sostienen por sí mismas; que nuestros sentidos captan la realidad última de las cosas. Este es un conocimiento muy pobre. Muy limitado.
Luego está la “Pistis” o creencia razonable. Es razonable, porque a diferencia de la Eikasía, intenta dar una explicación razonable de los fenómenos que observa a su alrededor, pero, es imperfecta porque se sigue fundamentando en la realidad aparente.
Ya un nivel más elevado de conocimiento es la “Dianoia” o razonamiento, que nos posibilita conocer al fin las anheladas ideas, sin embargo, hay que decir que no llega a todas. Se detiene en las ideas matemáticas.
El poder conocer la idea de bien será sólo posible cuando alcancemos la “Noesis”, que bien puede traducirse como intuición (o si se quiere inteligencia). A la “Noesis” solamente podremos llegar mediante la “Dialéctica”, una técnica de análisis que nos permite entender la jerarquía entre las ideas.
¿Qué tenemos aquí entonces?…Pues otro dualismo. El dualismo epistemológico. De un lado están la “Eikasía” y la “Pistis”, y del otro la “Dianoia” y la “Noesis”. Los dos primeros constituyen la “Doxa” o pobre opinión, mientras que los dos últimos son la “Episteme” o ciencia. Vamos, la verdad. Sí, esa verdad de la que tanto nos han hablado.
Falta otro dualismo que lo veremos en otra entrega, pero no quiero cerrar esta sin afirmar que, en sus 50 años de vida intelectual, Platón nos dejó un universo de una riqueza incalculable. Conocerlo y adentrarnos en él, debería ser para nosotros un compromiso.