En República Dominicana tenemos fábricas que convierten en chisme y la intriga en negocio.
El chisme siempre ha existido, pero en un pasado no lejano ventilar públicamente algo que uno supone era de poca importancia o sencillamente del fuero privado de una o varias personas era una vergüenza y hasta un riesgo.
Pero en esta era del desparpajo, en la que el pudor cuenta poco, el chisme y la intriga, emergen con una mina o un buen negocio, como ha devenido a ser la separación de las afamadas parejas que conformaban la cantante Shakira y el futbolista Gerard Piqué.
Es obvio que la cantante y el futbolista sacan ventaja económica de lo que no deja de ser un novelón, por demás han sido involucradas de manera inapropiadas marcas comerciales, cuando en la canción de Shakira se hacen odiosas comparaciones.
Hay que entender la discreción de las marcas Mercedes Benz Rolex en este affaire; no así la de Casio y Twingo, desvaloradas por Shakira, marcas estas que de alguna forma han reaccionado, tratando de convertir en una oportunidad el involucramiento desdeñoso que hizo la colombiana en su canción.
Lo que sí es obvio, es que Shakira ha logrado convertir el dolor provocado por el abandono de Piqué por otra joven mujer en una oportunidad de negocio para ella, como lo demuestran los reportes de millonarios de los ingresos generados por la canción “Una loba como yo no está pa' tipos como tú”.
Pero si su pretensión era humillar a su ex y su nueva pareja, todo hace indicar que el futbolista en vez de recriminar a la artista colombiana por tal desafuero, lo que ha hecho es aprovechar la oportunidad y sacarle partida a la situación, como hábilmente lo ha venido haciendo.
Lo que estamos viendo entre Shakira y Piqué no es el primer manejo que procura rentabilidad de un hecho que se suponía no debía de exponerse en la dimensión conocida, pero el mundo en que vivimos hoy permite, avala y celebra que así ocurra.
En República Dominicana tenemos fábricas que convierten en chisme y la intriga en negocio, gracias a las facilidades y posibilidades de monetización que ofrecen las plataformas digitales de entretenimientos.
La que más sobresale en este país es la plataforma Alofoque que capitanea Santiago Matías, quien ha sido travieso armando enredos entre figuras, y no figuras del país, para asegurarse la monetización necesaria en sus cuentas en las redes sociales.
Solapadamente, entre los políticos se tejen marañas de chismografía con otros fines; pues muchas veces, en especial en campañas electorales, una el chisme y la intriga con el pretendido propósito de desacreditar a sus contrarios, o sencillamente que, para evitar una discusión sustancial del debate, apelan a este recurso con el que distraen a los electores que por lo regular terminan creyéndose el cuento.