Los haitianos, sin embargo, siempre han creído que nuestro territorio les pertenece desde 1822.
Algunos compatriotas se resisten a reconocer la grave crisis existente en RD por todo lo que ocurre actualmente en Haití, y por la presencia superior a los dos millones de haitianos ilegales residentes en nuestro territorio.
Y algunos llegan a insinuar que así como los haitianos emigran hacia acá, los dominicanos lo han hecho hacia a USA, Puerto Rico, Venezuela y Europa.
Pero ni es lo mismo ni es igual.
Los dominicanos comenzaron a emigrar a Norteamérica- a Nueva York sobre todo- desde 1961 en gran escala, con la benevolencia yanqui que patrocinaron y apoyaron por tantos años la malvada dictadura trujillista.
Y esos compatriotas que llegaron a Nueva York con escaso ropaje, escasez de dinero y escasez escolar, se comportaron como personas civilizadas.
Y trabajaron duro, durísimo, en todas las tareas que encontraron. Y ahorraron y fueron pidiendo a sus familiares queridos y nunca se orinaron o defecaron en las calles newyorquinas, ni violaron luces de semáforos ni desobedecieron leyes y ordenanzas.
Igual que los haitianos residentes aquí, los dominicanos laboraron en tareas duras por poca paga; en dos y hasta tres empleos, durmiendo en pequeños apartamentos o cuartos.
Y siempre fueron y son agradecidos de USA, adquiriendo hasta su nacionalidad y compartiéndola con su querida RD.
Mi larga y honesta familia es prueba de lo que ahora digo.
Los haitianos, sin embargo, siempre han creído que nuestro territorio les pertenece desde 1822.
Destruyeron su territorio, fueron robados por potencias, y después de declararse independientes, se enfrentaron entre ellos mismos hasta quedarse en la inopia.
Y poco a poco, con la aquiescencia de dictadores, empresarios y empresas locales y extranjeras, siguieron llegando a nuestro país a trabajar en condiciones hasta infrahumanas.
Pero encontraron aquí un pueblo que los soportó, que los ayudó, que los socorrió aquí y en Haití, que hasta habló por mejorar sus condiciones de vida. Pero ellos nunca han sido respetuosos, civilizados ni agradecidos.
Y a los dominicanos, tan negros como ellos en un alto porcentaje, los haitianos los acusan de racistas, xenófobos y otros indeseables calificativos. Malagradecidos.
La crisis violenta en Haití, el permanente paso de haitianos ilegales al nuestro y la cantidad exorbitante de ellos aquí, obligan ya a todo buen dominicano a entender que algo malo pasa y que debemos dormir con un ojo abierto y el otro medio cerrado.
Y si nadie en el mundo quiere a los haitianos, no es culpa de dominicanos, de yanquis, de cubanos, de canadienses, de venezolanos ni de franceses.
Eso es solo culpa de ellos, de los haitianos, y no por negros, sino por sus costumbres absurdas y su pésimo agradecimiento.
29 de enero de 2023.