Las oportunidades estarían en la demanda que proviene de la agroindustria, construcción y turismo hacia el resto de sectores
WASHINGTON – Los sectores de agroindustria, construcción y turismo presentan muy buenas oportunidades para generar empleo y crecimiento económico este año en los países de América Central, México y República Dominicana, señaló un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) divulgado este lunes 13.
Esos tres sectores pueden reactivar la economía durante 2023 “gracias a la significativa cantidad de insumos que demandan del resto de sectores y al peso que representan en estos países, con un promedio de 22 % de la producción” en la subregión, de acuerdo con el estudio.
Los países comprendidos por el análisis son Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y República Dominicana.
El informe del BID “Oportunidades para impulsar la producción, el empleo y las cadenas de valor” detalla el contexto macroeconómico de la subregión en 2022, año en el que su producto interno bruto creció en promedio 5,7 % (excepto México, con tres por ciento).
Superó así el promedio latinoamericano y caribeño de (3,9 %) y se mostró resiliente gracias a la recuperación en el turismo, las remesas, y exportaciones menos volátiles en productos agropecuarios.
Sin embargo, para 2023 se prevé un entorno de menor crecimiento, mayores tasas de interés y precios más altos, especialmente de los alimentos, lo cual supone un desafío para la subregión en materia de pobreza y seguridad alimentaria.
El estudio destaca entonces sectores que, al aumentar su producción, tienen un importante impacto en la generación de empleo y los salarios, entre los cuales están el agropecuario, silvicultura y pesca, turismo, construcción y educación.
También los servicios financieros, profesionales y el comercio habilitan las redes productivas, ya que hacen uso, en mayor medida, del resto de los sectores.
El estudio contiene cálculos sobre los empleos –directos e indirectos sumados- que pueden crearse en varios países de la subregión cada vez que se eleve la producción de cada sector en un millón de dólares, con las salvedades de las diferencias de costos y productividad entre las distintas economías.
El estudio destaca entonces sectores que, al aumentar su producción, tienen un importante impacto en la generación de empleo y los salarios, entre los cuales están el agropecuario, silvicultura y pesca, turismo, construcción y educación.
Así, por ejemplo, un incremento de la producción en un millón de dólares en la agroindustria puede crear hasta 41 empleos en Costa Rica, 75 en El Salvador, 115 en Guatemala y 47 en República Dominicana.
Si el incremento es en el sector construcción, se crearían 42 empleos en Costa Rica, 76 en El Salvador, 96 en Guatemala y 41 en República Dominicana.
Si se produjese en el sector turismo, las nuevas plazas pueden ser 50 en Costa Rica, 107 en El Salvador, 150 en Guatemala y 57 en República Dominicana.
El BID también propone aprovechar oportunidades para diversificar las exportaciones y productos, “lo cual es especialmente relevante para atenuar la volatilidad de la demanda internacional”.
Destaca las exportaciones de bienes agropecuarios, y productos como textiles más complejos, maquinaria, equipo electrónico, y medicamentos, que permitirían a los países integrarse mejor con cadenas de exportación locales e internacionales.
El BID elogia que los nueve países de la subregión se han consolidado como cada vez más abiertos y conectados al mundo desde la década de los años 90 del siglo pasado, lo que se reflejó tanto en el abandono del modelo de sustitución de importaciones, como en la diversificación de mercados y productos.
Esos cambios estructurales posibilitaron que el crecimiento anual promedio de las exportaciones de bienes de la subregión entre 1990 y 2019 superasen al del mundo, ubicándose en 9.4 % frente a 6.7 % global, y resalta el hecho de que el porcentaje de manufacturas dentro de las exportaciones pasó de 25 a 54 % en ese período.
Entre sus recomendaciones el BID incluyó la de mayor inversión en educación y salud, lo que contribuiría a aumentar el valor agregado y la masa salarial en la economía en su conjunto, al tiempo que mejoraría el capital humano de la población en los siguientes años.
Eso traería, a su vez, beneficios a la productividad de otros sectores mediante una fuerza laboral más competitiva, al estar técnicamente más preparada.
Publicado originalmente por Ipsnoticias.net