Cada interpretación es destilada cada una con una sencillez sorprendente por joven el artista.
Santo Domingo.- En las artes, incluida la música existe el lujo, como ocurre en la vida material y si hablamos en esos términos el concierto sinfónico de Vicente García es un derroche de boato en época de ruido y turbulencia en la música.
Y desde mi punto de vista ¿qué hace de un concierto un lujo?: El repertorio de canciones y la interpretación de cada una; la calidad del acompañamiento musical, los detalles de luces y escenografía, con el relato oral y visual de la velada.
La sala Carlos Piantini del Teatro Nacional es tenida como el escenario ideal para este tipo de banquete artístico y fue lo que ofreció Vicente García.
Cada canción de García es un derroche de sensibilidad humana, escritas para tocar la fibra de las presentes generaciones, pero con un rigor de calidad comparable con antología de sus artistas antecesores.
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Cada interpretación es destilada cada una con una sencillez sorprendente por joven el artista, que se empeña de explicar el origen o el momento en que ocurrió la inspiración.
- “Dos y siete”, “Camino al sol”, “Bohío” o “Mi balcón”, “Te soñé”, “Amor pretao”; “Dos planetas”; “Carmesí” ; “Contracanto”; “Cómo has logrado”, “No fue un milagro”; “Detrás del horizonte”; “San Rafael”; “Jugar a vivir”; “Camino al sol”, “A la mar” y “Loma de Cayenas”, fueron algunas de las canciones con las que el público se rindió ante su ídolo, en la primera de dos funciones que hará en el Teatro Nacional.
Vicente García ofreció tres funciones, a casa llena, y al menos el domingo cuando asistimos a presenciarlo, durante y al final, desbordaba la satisfacción en el auditorio.
Reconforta comprobar que en una época en el se llama arte al ruido callejero, ocurra un brote de buena calidad musical en escena, y que en ese mismo fin de semana lo mismo haya ocurrido en otros escenarios de la capital dominicana.
Guitarra en manos y sentado en una silla de madera rústica, con su asiento y respaldo tejido de guano, el ganador de varios premios Latin Grammy, entre otros reconocimientos, se le veía feliz de volver a su tierra para compartir una puesta en escena de calidad.
Baladas pop, fusiones rítmicas, en las que incluye el sonido característico de su música como la bachata o el merengue se entrelazan con acierto con las cuerdas, instrumentos de percusión, de viento y metales de la orquesta sinfónica.
El artista hizo un repaso por su trayectoria y a quienes ayudaron a construirla. Agradeció a su familia, sus cómplices, a los dominicanos, a los colombianos; Juan Luis Guerra, al productor musical Eduardo Cabra (Calle 13), quienes han sido soporte a su carrera artística.