Una provocación innecesaria que ha incrementado las tensiones políticas entre EE.UU. y Rusia.
El discurso del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ante su homólogo de Ucrania, Volodymir Zelenski, el pasado lunes 20 de febrero en Kiev, fue una bravuconada desafiante contra el presidente ruso Vladimir Putin.
Biden buscaba adueñarse de los titulares de los medios de prensa internacionales y opacar con ello el discurso que sobre el estado de la nación pronunciaría Putin al día siguiente.
Para impactar aun más, intentó con sus mensajes atemorizar al gobierno de Moscú que, al cumplirse el primer año de la invasión rusa a Ucrania, planea a corto plazo una nueva avanzada militar de mayor proporción y alcance.
Más que plantear un discurso por la paz, de encontrar una salida negociada entre Zelenski y Putin, el presidente Biden lo que hizo fue complicar aún más la guerra ruso-ucraniana, alentando con ello una posible expansión del conflicto hacia otras naciones de occidente.
Una provocación innecesaria que ha incrementado las tensiones políticas entre EE.UU. y Rusia, generando más nerviosismo en la humanidad, temerosa de que estos cantos de guerra provoquen la temida tercera guerra mundial, con el uso de poderosas armas de destrucción masiva.
La visita sorpresa de Biden a Kiev, probablemente sorprendió a la mayoría de los gobiernos del mundo. Pero no así a los mandatarios de Ucrania y Rusia. Tampoco a los líderes de los gobiernos miembros de Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Antes de hacer el viaje “secreto” a Ucrania, Washington solicitó a Moscú garantía para que el presidente Biden pudiera hacer el viaje. Primero viajó de Washington a Varsovia, capital de Polonia, y de ahí abordó un tren, para un viaje de 10 horas hasta Kiev.
La inesperada respuesta del líder ruso
La respuesta de Putin al día siguiente (martes 21) fue inesperada y preocupante para los líderes políticos y militares de Washington y el resto del mundo, al anunciar que Moscú suspendía el acuerdo sobre armas nucleares vigentes con los EE.UU.
Esta nueva postura del líder ruso aumentó la tensión mundial, tras abrirse las puertas de las posibilidades de una conflagración bélica global que implique el uso de armas nucleares de corto y largo alcance.
Es muy probable que el retiro de Rusia de los acuerdos nucleares no sea definitivo y que podría reanudarse más adelante si logra que los EE.UU. desistan de los planes de supuestamente reanudar pruebas nucleares, en violación a los tratados firmados por los países portadores de armas de destrucción masiva.
¿Qué tanto importa la humanidad para los líderes de las potencias mundiales que, en su afán por controlar el planeta, continúan almacenando cientos de poderosas bombas nucleares para destruir a sus enemigos políticos en un momento determinado?
El Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, conocido como Nuevo Start, entró en vigencia desde 2011, y es el acuerdo de armas nucleares que frenaba la expansión de estos artefactos entre Rusia y Estados Unidos.
Ambas naciones, respetando esos tratados, lograron reducir el arsenal nuclear mundial en un 82% desde 1986. Aún existen unas 12,700 armas nucleares, y cerca del 90% están en poder de EE.UU. y Rusia.
Ante el anuncio de Putin, el Departamento de Estado reaccionó de inmediato en busca de bajar las tensiones que han puesto al mundo en peligro con la postura rusa. Pero a la vez acusó al líder ruso de irresponsable, por su decisión tan peligrosa.
El gobierno de China, otra potencia nuclear, ha llamado a un diálogo de entendimiento urgente tras considerar que las cosas se están saliendo de control.
Desde el 2022, la nación asiática ha logrado mantener un intercambio comercial favorable con Rusia de más de 2 mil millones de dólares, recibiendo petróleo y gas natural a precios preferenciales, dinero que ha servido de mucho a Moscú para financiar en parte su guerra con Ucrania.
Biden anunció el martes 20, estando en Ucrania, más suministro bélico antiaéreo, artillería pesada y sofisticados radares valorados en más de 500 millones de dólares en su conjunto. Cuatro días después, jueves 27, los EE. UU. anuncian la aprobación de otra partida de 2 mil millones de dólares de ayuda en armas y municiones para Ucrania.
La situación es cada vez más tensa y peligrosa. Ha obligado a la ONU aprobar el pasado jueves una resolución de urgencia solicitando a Rusia “retirar de forma inmediata, completa y sin condiciones sus fuerzas militares” en Ucrania. La resolución fue firmada por 141 países miembros.
Sin embargo, como era de esperarse, dicha resolución fue rechazada por Moscú y otros 32 países aliados de la nación euroasiática. China se abstuvo.
Rusia ha sumado a su favor a Corea del Norte, Siria, Nicaragua y Bielorrusia, entre otras naciones.
Así la cosas, el mundo podría amanecer en cualquier momento bajo un cielo repleto de misiles nucleares cruzando los mares que, al impactar en las áreas establecidas, sus radios de destrucción masiva abarcarían regiones tan distantes que podrían aniquilar -sin proponérselo- a la humanidad en pocos minutos.