¡Qué pueblo tan grande es el dominicano! A propósito de estos días en que se han encendido más las alarmas por la Patria bendecida, valiente y soberana, cabe recordar algunos episodios increíbles e inolvidables.
Los dominicanos hemos sido intervenidos y golpeados salvaje y desconsideradamente por piratas y filibusteros, españoles y portugueses, franceses, haitianos y yanquis, sin que hasta el día de hoy nos hayan doblegado o sepultado.
Por la increíble fuerza de su gente y el amor por el terruño propio, nadie ha podido ni podrá hundirnos, aún podamos ser engañados por gobiernos entreguistas o dictatoriales, o por serviles sistemas políticos e ideológicos contrarios a nuestras creencias y costumbres.
¡Qué pueblo tan grande es el dominicano!
Pueblo amante de la paz y enemigo de las guerras.
De las que hemos vivido en carne propia, como de las que se dan en otras latitudes del planeta, como la increíble entre Rusia y Ucrania, Palestina e Israel, que ofenden la inteligencia de los seres humanos.
Hoy más que ayer debemos apoyar el pedido de Luis Abinader, a fin de que logremos la paz total y permanente con el pueblo haitiano, pidiendo a las potencias su respaldo a medidas humanas, urgentes y conciliatorias en Haití.
Haití necesita hoy dignificar su existencia, ayuda para su desnutrida, ignorante, enferma y violenta gente, sin que la República Dominicana tenga que ser su mejor vecino y servidor de lo que le haga falta.
En RD toda administración necesita oposición permanente, vigilante y valiente, pero hay momentos en que debe ser prudente y ecuánime, social y solidaria, para contribuir a sortear caminos en busca de metas sociales deseadas.
Ha llegado el momento de que los ricos y poderosos, los sufridos clase-media y los de abajo, así como empresarios, políticos, guardias, religiosos y ateos nos unamos para salir del atolladero infernal creado por otros en Haití, y que tanto taladra nuestro presente y futuro inmediato.
Roguemos, pidamos y exijamos a USA, Canadá, Francia, España, Brasil y otros países que ayuden a Haití, antes de que la isla Española se encienda por completo.
1ro de marzo de 2023.