Un experimento ha demostrado la fragilidad del Sistema Solar y de la vida en la tierra
La Universidad de California Riverside (UCR) ha llevado a cabo un experimento en el que se ha demostrado que un planeta terrestre situado entre Marte y Júpiter podría ser capaz de expulsar a la Tierra del sistema solar y acabar con la vida en este planeta.
El astrofísico Stephen Kane explica que este experimento ha pretendido abordar dos lagunas notables en la ciencia planetaria. Por un lado, la brecha existente en nuestro sistema solar entre el tamaño de los planetas terrestres y el de los planetas gaseosos gigantes. Por otro lado, la ubicación en relación con el Sol entre Marte y Júpiter.
Kane ha realizado simulaciones dinámicas por ordenador de un planeta situado entre Marte y Júpiter con diferentes masas y ha observado los efectos en las órbitas de todos los demás planetas.
Los resultados han sido en su mayoría desastrosos para el sistema solar, ya que este planeta ficticio da un empujón a Júpiter que es suficiente para desestabilizar todo lo demás.
"A pesar de que muchos astrónomos han deseado este planeta extra, es una suerte que no lo tengamos", afirma Kane.
Júpiter es mucho más grande que todos los demás planetas juntos, lo que hace que su influencia gravitatoria sea profunda.
Si una supertierra de nuestro sistema solar, una estrella pasajera o cualquier otro objeto celeste perturbara a Júpiter aunque fuera ligeramente, todos los demás planetas se verían profundamente afectados.
La presencia de una supertierra en nuestro sistema solar podría expulsar del sistema solar a Mercurio y Venus, así como a la Tierra. También podría desestabilizar las órbitas de Urano y Neptuno y lanzarlos al espacio exterior.
El estudio tiene implicaciones para la capacidad de los planetas de otros sistemas solares de albergar vida. Aunque los planetas parecidos a Júpiter, gigantes gaseosos alejados de sus estrellas, sólo se encuentran en un 10% de los casos, su presencia podría decidir si las Tierras o super-Tierras vecinas tienen órbitas estables.
Los resultados obtenidos por Kane han demostrado la importancia del delicado equilibrio que mantiene unidos a los planetas alrededor del Sol.
"Nuestro sistema solar está más afinado de lo que apreciaba antes. Funciona como los engranajes de un reloj. Si añades más engranajes a la mezcla, todo se rompe", afirma Kane.
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