En los países menos desarrollados, 407 millones de personas utilizan internet en 2022, y los 720 millones de personas que siguen sin conexión.
Santo Domingo.-La exclusión de las mujeres del mundo digital está teniendo un impacto económico significativo en los países de renta baja y media. Según el informe Gender Snapshot 2022 de ONU Mujeres, en los últimos diez años, los países de renta baja y media han perdido 1 billón de dólares de su producto interior bruto debido a la exclusión de las mujeres del mundo digital. Si no se toman medidas adecuadas, esta pérdida podría aumentar hasta 1,5 billones de dólares en 2025.
A pesar de las iniciativas nacionales e internacionales, existe una brecha digital importante en el acceso a herramientas digitales ya la alfabetización digital. Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el 34% de la población mundial, 2.700 millones de personas, todavía no tiene acceso a internet y el 69% de los hombres lo usan frente al 63% de mujeres.
Desigualdades en el acceso a la tecnología
En España, el 96% de los hogares acceden a internet y se está garantizando por ley que toda la geografía española dispone de conexiones a internet de al menos 100 megabits por segundo. El Instituto Nacional de Estadística cifra el número de usuarios en 33,5 millones e informa que la brecha de género se ha reducido de 1,8 puntos en 2017 a cero en 2022. Sin embargo, al igual que en otros países más desarrollados, las chicas no acceden en la misma medida que los chicos a las carreras relacionadas con las tecnologías.
En los países menos desarrollados, 407 millones de personas utilizan internet en 2022, y los 720 millones de personas que siguen sin conexión en estos países representan el 27% de la población mundial, a pesar de que solo son el 14% de la población mundial . En estos países, las mujeres están aún más excluidas, y en América Latina, 70 millones de mujeres no usan internet móvil, según GSMA, la asociación de los operadores móviles.
La digitalización en América Latina
Estas desigualdades en el acceso a las tecnologías y las competencias digitales suponen un obstáculo para la inclusión financiera, el progreso de las pequeñas empresas y de sus negocios. En el caso del comercio en línea, ofrece a las micro, pequeñas y medianas empresas la oportunidad de acceder a nuevos mercados y obtener más beneficios. Sin embargo, los estereotipos de género, la falta de formación en habilidades digitales o la falta de acceso y de conectividad suponen obstáculos cada vez mayores para las emprendedoras, especialmente para aquellas en situación de vulnerabilidad.
La Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA), que celebra sus 15 años de actividad, ha apoyado y acompañado a más de 6 millones de personas en situación de vulnerabilidad, el 65% de ellas mujeres. Además, en este tiempo, sus instituciones de microfinanzas han desembolsado más de 18.000 millones de dólares en microcréditos a emprendedores de bajos ingresos. Hasta 2025, tiene previsto destinar casi 5.000 millones más.
Javier M. Flores, director general de la FMBBVA, ha explicado que “conseguir que los negocios de las emprendedoras vulnerables que atendemos incorporen la tecnología es un reto en el que seguimos trabajando con una oferta de valor adaptada a sus necesidades y con iniciativas de digitalización y formación.
Gracias a nuestra data, hemos podido diseñar productos dirigidos a su bienestar, como los microseguros oncológicos con un coste de entre 1 y 3 dólares al mes. Apoyarlas para que salgan de la pobreza tiene un efecto multiplicador porque las mujeres invierten en mayor medida en la educación, salud y nutrición de sus familias”.
Tecnología para las mujeres
La voz y la fuerza de millones de mujeres las ha protagonizado la emprendedora panameña Julia Sandoval. Julia da trabajo a madres solteras cabeza de familia en su restaurante porque ella misma lo fue. “He salido adelante dando comidas.
He sido muy luchadora, lo que me he propuesto lo he conseguido; empecé desde abajo, eduqué a mis hijos y ahora a mis nietos”, explica con orgullo. Una abuela a la que no se le pone nada por delante y que en la pandemia aprendió a vender los platos de su restaurante por Whatsapp, Facebook o Instagram.
Ahora se ha convertido en corresponsal de la institución de microfinanzas de la FMBBVA en Panamá, Microserfin, y maneja su tablet ofreciendo todos los servicios de una sucursal desde su restaurante e incluso enseña a manejar la app de banca móvil a otras señoras de su edad, para que puedan acceder a los servicios financieros sin tener que desplazarse a la oficina.
Julia Sandoval es un caso paradigmático porque ha logrado superar muchas de las barreras que explican que la mayoría de mujeres en vulnerabilidad no usen la tecnología y sobre las que se ha debatido en el panel de expertos de este acto, como la falta de recursos para pagar el coste de los datos y los dispositivos, la falta de conocimientos digitales o los prejuicios como que la tecnología no es para ellas.
Unos obstáculos acentuados, además, por una mayor carga de tareas de cuidado no remunerado, tal como ha señalado María Noel Vaeza, directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe.
Doreen Bogdan-Martin, Secretaria General de la UIT, ha explicado los avances en este ámbito y ha pedido que más organizaciones se sumen a ‘Iguales: La Alianza Mundial para la igualdad de género en la era digital’.
El director general de GSMA, Mats Granryd, que también ha participado, ha destacado que “queda mucho por hacer para evitar que las mujeres se queden atrás en la economía digital. Las instituciones, las corporaciones y los gobiernos de todo el mundo deben centrarse en la importancia de la inclusión y buscar activamente combatir tales desigualdades”.