Al menos una de cada cinco personas sufre acoso laboral en su puesto de trabajo
El acoso laboral, también conocido como mobbing, es un problema muy extendido en todo el mundo, ya que al menos una de cada cinco personas lo sufre en su puesto de trabajob según la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
Esto lo recoge un experto en el tema que considera importante que los trabajadores se den cuenta de que están sufriendo acoso para poder protegerse denunciando los hechos.
El abogado laboralista, Pere Vidal, profesor colaborador de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) explica que no todo conflicto en el trabajo se traduce en acoso. “Hay que diferenciarlo de las "tensiones ordinarias que subyacen en toda comunidad de personas".
La clave es que se den tres elementos: la intención de dañar, la producción de un daño en los derechos personales más esenciales, y el carácter continuado, predeterminado y sistemático del hostigamiento.
Según Vidal, la violencia psicológica extrema en el lugar de trabajo puede manifestarse en varias situaciones, como el desprecio a través de gestos y comportamientos, el aislamiento físico y psicológico de los trabajadores y los mecanismos que tienen como fin obstaculizar la actividad profesional de la víctima.
Estas cinco situaciones son solo algunos ejemplos de acoso laboral:
Dificultades para el teletrabajo: si la empresa se niega sin razones objetivas a que la persona teletrabaje o le facilita equipos inadecuados para ello, se puede considerar acoso laboral.
No facilitar la conciliación de manera injustificada: si la empresa se niega sin razones objetivas a facilitar las medidas de conciliación solicitadas por la persona empleada, puede considerarse acoso laboral en caso de que esta situación se dé "en el marco de un ambiente laboral enrarecido".
Dejar a la persona empleada fuera del grupo de WhatsApp de la oficina: ocultar información relevante para el desempeño del trabajo o la negación por parte del equipo de referencia o del superior a comunicarse con la persona trabajadora pueden ser considerados acoso moral.
Encargar tareas de excesiva dificultad: encomendar tareas de excesiva dificultad o trabajo en exceso con el objeto de dificultar el desempeño de su trabajo, es un ejemplo claro de acoso laboral. Igualmente, el encargo de trabajos humillantes o inferiores a los propios de la cualificación y competencia de la persona trabajadora también se considera acoso laboral.
Hacer luz de gas o gaslighting: este tipo de acoso se compone de una serie de actuaciones hostiles que, tomadas de forma aislada, podrían parecer anodinas, pero cuya repetición constante tiene efectos perniciosos, como hacer circular rumores y calumnias sobre la persona trabajadora o exagerar sus errores.
En conclusión, es importante que los trabajadores sepan identificar las situaciones de acoso laboral y denunciarlas para protegerse a sí mismos y a sus derechos personales más esenciales.
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