En nuestro queridísimo país son muchas las cosas que pasan cada día que, al decir de algunos, llevan a pensar que somos desarrollados, altamente productivos y amantes de la buena y costosa vida diaria.
Por si algunos no lo sabían ni lo saben, hace tiempo que a miles de criollos sin ‘entradas fijas’ o sin empleos bien remunerados, les encanta beber whisky, ginebra o cerveza extranjera, por encima de ron y otras locales.
Aunque no haya hecho una investigación sobre el particular, me muevo en círculos diferentes que me hacen decir lo anterior.
Hasta rasos, cabos y sargentos policiales y militares prefieren desde hace años bebidas espirituosas caras e importadas.
Y no se diga nada de los acompañamientos ‘comestibles’, a fin de disfrutar placenteramente las jornadas de ocio y paz.
He visto y veo a personas que cualquiera piensa son muy pobres, ‘meterle’, ‘apuntarle’ o ‘jugarle’ una cantidad enorme de dinero a un número de la lotería.
Para completar dicho ‘panorama’ nada halagüeño, desde tempranas horas del día uno presencia a personas en los barrios jugando dominó o metiendo monedas en ‘maquinitas tragamonedas’. Y los chicos en pelota o en básquet.
En la pasada ‘Semana Santa’, que nada tiene ya de ‘santa’, miles y miles de ciudadanos de a pie se fueron de viaje y parranda, tanto dentro como fuera del país.
Los ‘muchachos’ de los barrios pobres, que algunos califican de ‘tígueres’, buscan ‘ayuda’ o ‘colaboración’ cuando ocurren estas fechas o cuando piensan en protestar por lo que sea.
Como periodista en ejercicio desde hace sesenta y dos años, doy fe de lo antes relatado. Nuestro país es rico, robado, mal administrado, injusto, desigual, pero al parecer muy rico.
Agregue usted a estos detalles la violencia, el machismo, los ruidos, la altanería de guardias y policías desde rasos hasta generales, y una corrupción galopante general e increíble.
Y los veinte o cincuenta mil millones de pesos y dólares robados durante los últimos mandatos presidenciales.
Con este panorama, es muy difícil no pensar que SOMOS RICOS o que vamos por muy mal camino hacia cualquiera que sea la meta final en República Dominicana.
¡A pesar de todo, cada día gastamos más en alcohol, drogas y juegos que en educación, salud y alimentos, sin preocuparnos siquiera de la migración ilegal haitiana que yo veo ya difícil de disminuir, controlar o erradicar.
Abril de 2023.