Los valores aprendidos en la crianza hogareña, en la escuela, el ambiente del barrio, lo bueno y lo malo.
Tiempo y espacio son dos conceptos indisolublemente relacionados, según las leyes de la física. Sus inconmensurables límites todo lo abarcan. Principio y fin. Siempre estará la discusión respecto a dónde inicia y dónde termina uno y otro.
El transcurrir del tiempo, la cotidianidad de los seres humanos, las horas y los días que “vuelan”, debido a lo rápido que se van. “Llega una semana, pasa un mes, y en un santiamén ya estamos casi a mediados de año”. Son expresiones que escuchamos con frecuencia.
Si nos remontamos a los orígenes del planeta Tierra, estamos aquí de paso, y por un tiempo muy limitado. La esperanza de vida de los dominicanos es de 74.47 años, según datos oficiales. Un dato algo tétrico: asistimos cada vez a un progresivo deterioro del medio ambiente que nos rodea.
En tiempo y espacio todo tiene lugar. Nuestra esencia es lo que fuimos. Lo que somos y lo que pretendemos ser está sujeto a múltiples factores, no siempre certeros. Siempre estarán las limitaciones y/o ventajas para cada persona poder crecer y desarrollarse.
Los valores aprendidos en la crianza hogareña, en la escuela, el ambiente del barrio, lo bueno y lo malo. El espacio en que nos desenvolvemos, los desplazamientos, el grupo, la zona, el país, la región, el continente.
Paraíso. Palabra de agradable significado tanto en lo religioso como en lo mundano. La promesa de Cristo en la cruz al buen ladrón: “De cierto os digo que desde hoy estarás conmigo en el paraíso”. Pero, de seguro la mayoría desea ese paraíso en el plano terrenal.
El éxito, la vida fácil. El profesional que busca escalar en lo económico a como sea. Las oportunidades pueden estar al doblar la esquina. Todo va a depender del esfuerzo desplegado por cada individuo. La bonanza económica a la que casi todos aspiran, puede que resulte inalcanzable para la inmensa mayoría.
República Dominicana exhibe una excelente condición. Está catalogada como la séptima economía de América Latina. Datos oficiales y de organismos internacionales así lo dan a conocer. En el año 2022 su Producto Interno Bruto creció 4.9%, según el Banco Central.
Pero, con todo y eso, el país registra un alto porcentaje de su población que vive por debajo del índice de la pobreza, y también una altísima proporción cuyos ingresos apenas le alcanzan para lo indispensable.
Dentro y fuera de esos grupos hay personas que arriesgan su propia existencia en busca del paraíso, sin medir consecuencias. La búsqueda de dinero fácil, sin importar la forma de conseguirlo, es lo que les importa.
En esos afanes, miles y miles de dominicanos hacen lo imposible con tal de abandonar la tierra que los vio nacer tras la conquista del paraíso que, para no pocos, está del otro lado del océano, y que puede ser en cualquier lugar, menos acá.
Caerle atrás al tan ansiado paraíso significa para mucha gente emigrar hacia lo desconocido, a otras tierras que quizás estén en peores condiciones que la nuestra. Emprender un arriesgado y peligroso viaje en yola, subir de polizón en un barco de carga, comprar un ticket de vuelo para ir a un país tercermundista para entonces intentar llegar a Estados Unidos o Europa, y entonces caer en condición de ilegal en uno de esos lugares.
Las migraciones desde países en situación de guerra, con controles de organismos internacionales, también persiguen su “paraíso” .
Perseguir el tan ansiado paraíso es también soñar con hacerse millonario a través de los juegos de azar. Y algo más arriesgado, introducirse en el peligroso mundo del narcotráfico, donde la acumulación de capitales puede sonreírle a la suerte, pero a qué precio, siempre con el peligro al acecho.
Ejemplos hay de jóvenes que fijan su norte en una disciplina deportiva en un inusitado afán de conquistar el éxito. No todos lo pueden lograr. Y hacen hasta lo imposible por lograrlo, incurriendo en ilegalidades. Lo mismo se da en el arte.
En resumidas cuentas, incurrir en violación a leyes, poner la integridad física en peligro, todo por dar el salto hacia un bienestar que no siempre es tal, mejor será que nos acomodemos acá, en lo nuestro, muy a pesar de las dificultades en el camino.