La Economía de la Salud en la región es más fuerte que en otros países de Latinoamérica
En Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana la huella económica que produce el sector de la salud es de más de 50 mil millones de dólares. Además, es una fuente de generación de empleo relevante con el 10% de la fuerza laboral.
La Economía de la Salud en dicho países es más fuerte que en otros países de Latinoamérica e impacta positivamente la situación socioeconómica de los países y de las personas.
Así lo demuestran dos estudios realizados por la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma), en conjunto con las empresas Sanigest International y WifOR Institute, como parte de los proyectos que promueven la sostenibilidad de los sistemas de salud de la región.

En ambos estudios se abordan tres temas relevantes: el estado de la economía de la salud, la inversión en salud y la gestión presupuestaria en los sistemas de salud.
Las dos indagatorias evidencian la contribución significativa al Producto Interno Bruto (PIB) y a la generación de empleo que genera el sector salud, lo que le convierte en parte esencial de la productividad y desarrollo económico de los países de la región.
Sin embargo los estudios revelan la necesidad de un cambio de paradigma en el gasto de salud
El cual debe verse como una inversión para el crecimiento y desarrollo de los países
Inversiones en salud tienen efectos positivos directos en la calidad de vida, productividad, y desarrollo económico de los países por lo que no deben verse como un gasto.
Aunque la inversión en salud impacta directamente en la economía de los países, actualmente, los porcentajes de inversión asignados y las prácticas de gestión presupuestaria aún necesitan de un esfuerzo colaborativo para llegar a su máxima eficiencia.
Para cambiar esto, el primer paso es hacer visibles las diferencias y estimular la toma de decisiones, que pongan en marcha acciones y estrategias destinadas a invertir más y ser más eficientes en el uso de los recursos.
La Organización Mundial de la Salud estima que el déficit de inversión en los países de ingresos bajos y medios para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible orientados a la salud pública es cercano a los US$371 mil millones.
Lo que destacan los estudios es que la inversión en salud tiene efectos positivos directos en la calidad de vida, productividad y desarrollo económico de los países, por lo que no deben verse como un gasto, sino como una inversión.
Contar con sistemas de salud financieramente sólidos, requiere contar con una mayor y mejor inversión.
Asimismo, se destaca que contar con sistemas de salud financieramente sólidos requiere de una mayor y mejor inversión.
La cobertura de la población por parte del sistema de salud es un tema que en los países presenta diversas situaciones, ya que se tiene para el año 2020 una cobertura en Costa Rica del 92%, República Dominicana 71%, Panamá 63% y Guatemala con sólo un 17% de la población.
Por tanto, se estima que un menor presupuesto por país para el rubro sanitario representa un menor acceso de los ciudadanos a tratamientos innovadores, lo cual impacta en el bienestar de la población.
La inversión en salud como potenciador de desarrollo de los países
WifOR Institute en su estudio “El estado de la Economía de la Salud en Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana” analiza el papel importante de la Economía de la Salud en la región Latinoamericana, y señala cómo el sector de la salud contribuye a una mejor salud para la población, así como a la riqueza global de la sociedad.
En su estudio, Wifor destaca que estos países contribuyen entre un 7% y hasta un 10.5% del PIB, creando una huella económica de más de 50 mil millones de dólares; más que el PIB boliviano.
Además, provee empleo al 10% de la fuerza laboral, generando alrededor de 2.2 millones de empleos en toda la región, que es mayor a la fuerza laboral de Uruguay.
El presupuesto como herramienta estratégica
El “Estudio sobre inversión y presupuestos en Salud en Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana” desarrollado por Sanigest International, evaluó las prácticas locales versus las buenas prácticas internacionales referidas a la gobernanza presupuestaria.
A raíz de esto, se logró visualizar que en los cuatro países analizados el gasto público en salud en el año 2021 osciló, en el caso Panamá y Costa Rica entre el 5% y 5,3% del PIB, respectivamente; mientras que República Dominicana y Guatemala requieren un esfuerzo adicional ya que invierten solo un 2,7% y un 2,4% del PIB, respectivamente.
Según recomendaciones de organismos internacionales, el porcentaje del PIB que se invierta en salud pública debe como mínimo aumentar en la misma proporción que aumenta el PIB en los países, práctica que no se aplica.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomienda que el gasto total en salud sea como mínimo del 9%, porcentaje que ningún país de Latinoamérica alcanza.
En la región centroamericana, la inversión en salud pública es en promedio de un 3,8% del PIB, también por debajo del mínimo 6% del PIB recomendado por la OMS.